El ex director de la CIA, teniente general Michael Hayden, rechazó las acusaciones sobre el programa de vigilancia interna de la administración Bush luego de los ataques del 11 de septiembre. Esto ocurre después de se divulgara un informe de inspectores federales, que dice que el plan era más amplio de lo que se pensaba y que fue ocultado al Congreso.
En entrevista con The Associated Press, Hayden aseguró que los líderes del Congreso estuvieron bien informados todo el tiempo, a pesar de las protestas de éstos de que no fueron mantenidos al tanto.
"Uno de los objetivos que tenía en cada una de las reuniones informativas era asegurarme de que entendieran el alcance de nuestra actividad", relató Hayden, que también había conducido la Agencia de Seguridad Nacional.
"Esto tenía respaldo en el nivel político", confirmó el ex jefe de la CIA en declaraciones que se suman a una creciente discusión que generó divisiones políticas profundas y un persistente debate sobre las medidas antiterroristas del gobierno encabezado por el presidente George W. Bush.
POLEMICO INFORME
Hayden habló en respuesta a un informe publicado el viernes por un equipo de inspectores federales, pertenecientes al FBI, que dice que el programa de espionaje interno, tras los ataques de 2001, fue "sin precedentes". El informe criticó los fundamentos legales del programa y la excesiva reserva que lo rodeó.
Hayden, que diseñó e implementó el programa en el 2001, le dijo a AP que le molestan las afirmaciones de que el Congreso no estaba informado del todo. Dijo que él informó en forma directa a los líderes legislativos de toda la operación de vigilancia, y que se quedó con la impresión de que la respaldaban.
Los detalles del programa de vigilancia descrito en el informe federal permanecen reservados. El programa incluía escuchas de líneas telefónicas e interceptaciones de conexiones de internet dentro del país y buscaba detectar comunicaciones de la red terrorista Al Qaeda, según reveló en el 2005 el diario The New York Times y confirmó más tarde el entonces presidente Bush.
Varios demócratas del Senado y la Cámara baja se mostraron sorprendidos tras conocerse el informe y preocupados por el programa, que sigue siendo secreto.