La ex directora del News of the World, Rebekah Brooks, fue absuelta hoy de un cargo de pago ilícito a cargo público en el juicio que afronta por su presunta implicación en el escándalo de las escuchas en la prensa británica.

El juez del tribunal penal londinense Old Bailey dictó al jurado que la absolviera por falta de pruebas de ese cargo, que la acusaba de haber aprobado el pago a un funcionario para obtener una fotografía del príncipe Guillermo en "bikini". 

Pese a la retirada de esta imputación, Brooks afronta aún cuatro cargos criminales en este proceso, uno por interceptar teléfonos móviles, otro por soborno a cargo público y otros dos por obstrucción de la justicia.

En la audiencia de hoy, en la que la defensa debe empezar a exponer sus argumentos, el juez decidió que "la señora Brooks no tiene que responder por el cuarto cargo, relativo a una foto del príncipe Guillermo".

"La decisión de si hay o no cargo que responder es mía", dijo el magistrado sin ofrecer más explicaciones, tras lo cual el jurado emitió un veredicto de no culpabilidad.

Brooks estaba acusada de haber aprobado el pago de 4.000 libras (4.800 euros) a un funcionario para conseguir una foto del príncipe Guillermo disfrazado de chica Bond con bikini en una fiesta privada en la academia militar de Sandhurst, donde recibió formación.

La foto en sí jamás se publicó, si bien la noticia de las peripecias del príncipe sí salió bajo el titular "Willy in a bikini" (Willy en bikini) en 2006 en The Sun, que Brooks entonces dirigía, con una imagen trucada de Guillermo con un bikini verde y flores al estilo hawaiano. 

Rebekah Brooks, del círculo de amigos del primer ministro británico, David Cameron, afronta aún cuatro cargos en este juicio en el que también están imputados su marido, Charlie Brooks, y su ex amante y, como ella, antiguo director del News of the World, Andy Coulson, que fue jefe de prensa del jefe del Gobierno.

El caso de las escuchas surgió en 2007 pero estalló en 2011, cuando News of the World, del magnate Rupert Murdoch, fue clausurado tras la detención de decenas de empleados por supuestamente haber practicado esos pinchazos.

Este escándalo, en el que periodistas de la prensa sensacionalista pinchaban los buzones de voz de famosos y ciudadanos corrientes para obtener exclusivas, llevó a una investigación de las prácticas de la prensa y a la puesta en marcha de un nuevo mecanismo regulador.