La violenta agresión que recibió el teniente de Carabineros Felipe Vidal a manos de una veintena de encapuchados, durante una actividad del 1 de mayo, abrió el debate respecto de la utilización del arma de servicio por parte de los uniformados en caso de que su vida estuviera en riesgo inminente.

A través de una columna de opinión enviada a La Tercera, el jefe de Zona Metropolitana de Carabineros, general Bruno Villalobos, agradeció el autocontrol del uniformado, quien perdió piezas dentales y resultó con fractura nasal, explicando que "nuestro personal andaba armado y estaban dadas las condiciones para hacer uso del armamento; sin embargo, no lo hicieron".

El ex director de la institución, general (R) Alberto Cienfuegos, dijo que en el caso del carabinero agredido, el uso del armamento estaba justificado para una legítima defensa. "Cuando  no se logra repeler el ataque con el bastón retráctil o con disuasivos químicos, el carabinero está en una situación en que perfectamente, y se enmarca en el Código de Justicia Militar, debería ocupar su arma de servicio", sostuvo. Agregó que el alto mando debería evaluar el uso de otros dispositivos, como gases pimienta, para garantizar la integridad del personal.  Cienfuegos señaló que los efectivos omiten el uso del arma al punto de arriesgar su integridad. "Creo que es por temor a herir o matar a personas que no tienen nada que ver. Es una medida de mucha prudencia", dijo.

El general (R) Fernando Cordero, otrora máxima autoridad de Carabineros entre 1995 y 1997, señaló que "la ley le otorga elementos disuasivos y armas a Carabineros. Su primera obligación es defender su vida, por eso es heroica la actuación del teniente en beneficio de un mal que se pudo haber producido. El salvó a esas personas al no usar su arma".

En ese sentido, añadió que en este tipo de situaciones límites, los funcionarios "renuncian a la legítima defensa con el objeto de no crear ni crearse mayores problemas. Los carabineros no tienen derechos humanos".  

A juicio del retirado general, en caso de que se use el arma, "la justicia -incluida la Justicia Militar- no favorece al carabinero. Lo he visto y estudiado en el caso de La Araucanía, donde hay actuaciones en legítima defensa y, posteriormente, el carabinero es sancionado".

Para el general (R) José Luis Ortega, ex subdirector de la policía uniformada, "se aprendieron lecciones del pasado para no usar el arma. Y el teniente atacado lo dijo: 'Ese es el último recurso'. Nosotros tenemos muy claro lo que es la legítima defensa, y dentro de ella está el uso racional del medio para repeler o defenderse". Ortega destacó que "existen varios hitos operativos y de procedimientos con uso de armas de fuego en que primero echamos mano al arma cuando la vida está en peligro. Una de las cosas que destaco es que el oficial fue rescatado a tiempo por la propia gente que estaba manifestándose, y eso reforzó su autocontrol", argumentó.