Mineros y sus familiares recibieron el sábado al político expulsado Julius Malema, quien dijo a miles de personas reunidas en el lugar donde 34 mineros fueron asesinados esta semana que la policía de Sudáfrica no tenía derecho a disparar las balas contra huelguistas.
Malema, ex presidente de las ligas juveniles del Congreso Nacional Africano (CNA), acudió a la mina Lonmin mientras familiares buscaban a sus seres queridos desaparecidos desde el tiroteo del jueves. Las mujeres dijeron que no sabían si sus esposos e hijos se hallaban entre los muertos, entre los 78 heridos o entre las cerca de 256 personas arrestadas por la policía bajo cargos que van de la violencia pública hasta el asesinato.
Malema es el primer político en dirigirse a los mineros en el lugar durante una saga de más de un semana en la que 10 personas murieron antes del incidente del jueves, entre ellas dos policías golpeados hasta la muerte por los huelguistas y dos guardias de seguridad de la mina que se quemaron vivos cuando los huelguistas hicieron arder su vehículo. Malema dijo que había visitado el lugar porque el gobierno ha dado la espalda a los huelguistas.
Los huelguistas quejaron antes de que el presidente Jacob Zuma no escuchó su versión de los hechos cuando viajó a la mina de platino Marikana el viernes, interrumpiendo su participación en una cumbre regional en la vecina Mozambique para visitar a los mineros heridos en el hospital.