Eike Batista, el ex magnate minero y petrolero que alguna vez fue el hombre más rico de Brasil, salió de prisión el domingo para cumplir arresto domiciliario antes de un juicio por cargos de corrupción.
Batista estuvo en prisión desde el 30 de enero, después de que pasó cuatro días en Nueva York como fugitivo. Será sometido a juicio junto con un ex gobernador de Río de Janeiro que presuntamente recibió millones en sobornos del ex magnate.
El juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil Gilmar Mendes ordenó el viernes la liberación de Batista desde prisión, afirmando que los cargos que el ex millonario enfrenta no involucran violencia ni amenazas a otros.
Los fiscales federales acusan a Batista, al ex gobernador Sergio Cabral y a otras siete personas de facilitar los sobornos y ocultar fondos ilegales en compañías ficticias en el extranjero.
Hace cinco años, Batista, de 60 años, tenía una fortuna neta de más de 30.000 millones de dólares y era una de las 10 personas más ricas del mundo, según Forbes.
Fiscales alegan que Batista pagó 16,5 millones al ex gobernador de Río de Janeiro para que sus negocios obtuvieran lucrativos contratos con el gobierno.