En 2003, Ricardo López Murphy estuvo cerca de pasar a segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Argentina. Pero Néstor Kirchner lo relegó a un tercer lugar y se convirtió finalmente en presidente. A más de una década de esa campaña fallida en la que llamaba a mirar el modelo chileno, el ex ministro de Economía de Fernando de la Rúa visitó Santiago y dio una conferencia en la Fundación para el Progreso sobre los riesgos que debe tener en cuenta Chile ante lo sucedido en Argentina durante los 10 años de gobierno kirchnerista. En conversación con La Tercera, el economista analizó el escenario que vive su país.
En 2003 usted comentaba que para salir de la crisis, Argentina debía sacar lecciones de Chile. Hoy viene a advertir que Chile no siga el modelo argentino. ¿Qué pasó en esta década?
El deterioro y la degradación de Argentina y Venezuela en estos años han sido dramáticos. Ha habido, bajo circunstancias extraordinariamente favorables, un deterioro que nos ha llevado a un colapso energético, a una explosión inflacionaria, a una cesación de pagos externos, a una enorme descapitalización, a una caída del empleo, a una baja de la actividad industrial importante, y lo único que vemos para adelante es que la crisis se agrava. Entonces yo digo: no siga este modelo. Nunca hemos gastado tanto en educación y nunca hemos tenido peores resultados. Nosotros en Argentina teníamos resultados mucho mejores que los chilenos y ahora tenemos resultados mucho peores. Y en Chile hay gente que quiere copiar el sistema que a nosotros nos retrasó. Eso me resulta difícil de entender.
¿Cuál es su expectativa para 2015?
Muy mala. Está madurando la crisis más extrema. Va a ser un año terrible, con una crisis causada por una caída del producto aguda, de altísima inflación, de carencia de reservas, de crisis energética. Este invierno tuvimos mucha suerte, porque la temperatura fue cuatro grados más alta que en los últimos 100 años, pero si en verano llega a repetirse eso, Argentina va a ser un infierno, porque no hay energía para enfrentarlo.
¿El kirchnerismo, entonces, está de salida en Argentina?
Sí, creo que la derrota electoral de ellos va a ser muy marcada. Eso no quiere decir que vaya a haber una victoria de alguien. Creo que ellos van a tener una caída importante en la votación, lo que está en discusión es cuán importante. Calculo que probablemente no van a tener más del 40% de los votos que tuvieron hace cuatro años. Es decir, una caída muy, muy grande. El problema es que la oposición está muy fragmentada, no tiene un programa, no tiene todavía capacidad de cooperación. Nosotros necesitamos una cooperación similar a la que se dio en Chile al fin del régimen autoritario. Necesitaríamos dos personas con el talento de Aylwin y Boeninger y cohesionar, con un programa inteligente y razonable, a toda la oposición para enfrentar a una crisis de una envergadura extraordinaria.
¿Usted no ve a ninguna persona que pueda hacerlo?
No sólo no veo a las personas, sino que no veo a los actores sociales y políticos. Escucho los discursos y me da la sensación de que son discursos delirantes, son discursos de una realidad que no tenemos.
¿Por qué la oposición no ha logrado aprovechar la situación para unirse?
Hay mucho prejuicio, mucha anteojera ideológica, no hay una lectura precisa de los problemas y también reconozcamos que durante mucho tiempo mucha gente acompañó esta locura. Es como que usted creyó en un ser sobrenatural y descubre que no existe, el problema más grande que tiene es que debe explicarse su vida, qué estuve haciendo todos estos años. Yo creo que hay como una crisis de fe que no se puede resolver y entonces se reiteran argumentos… o sea, los problemas que tiene Argentina obligan a hacer un gobierno basado en la inversión, en la productividad, en la capitalización. Pero nadie habla de eso. Es como si se quisiera arreglar el chavismo con más chavismo.
¿Cómo ve las elecciones en Brasil y Uruguay? ¿Qué efectos pueden tener en Argentina?
Ahí se está viendo un cambio. No sé si triunfará Neves o Lacalle, pero van a estar muy cerca. Si ganara Aécio Neves, eso va a tener un enorme impacto, porque Brasil actuó como un paraguas para las cosas que hacía Argentina. Pero no sé si va a ganar.
Los principales nombres que suenan hoy en Argentina como candidatos son Sergio Massa y Daniel Scioli, los dos son peronistas. ¿El próximo presidente argentino será peronista?
No estoy seguro. Uno de los problemas que tenemos en Argentina es el peronismo y mucha gente cree que la solución también es el peronismo. Ahí hay un problema que no se puede arreglar. Esa cultura está muy sobreextendida.
¿Cuál es su opinión de Sergio Massa, quien aparece hoy como la principal figura opositora?
Para serle franco, creo que cualquiera de ellos va a hacer un mejor gobierno que éste. Ahora, no hay que esforzarse mucho. Van a ser más equilibrados, van a ser más razonables, van a mirar más los costos y las consecuencias de lo que se hace. Todo eso yo creo que sí. De todas maneras, a lo largo de todo este gobierno ellos han compartido muchas de las políticas, así que no va a ser tan fácil dar vuelta eso. Creo que hay que revisar drásticamente lo que se ha hecho y esa es la gran diferencia que tengo yo con el liderazgo opositor. Creo que este modelo nos lleva al fracaso, al aislamiento, pero esas conciencias no están en la sociedad ni menos en el liderazgo. Ellos están pensando en ponerle una curita cuando se debería hacer una operación de corazón e hígado simultánea.
¿Alguien está dispuesto a hacer esa operación?
De haberlo, sí lo hay, pero no creo que tenga los votos.