El líder libio, Muammar Gaddafi puede estar escondido en alguna casa en Trípoli, camino a la frontera con Argelia o hacia Sirte, su ciudad natal, incluso puede abandonar la capital vestido de mujer, asegura el ex número dos del régimen, el que fuera primer ministro libio, Abdessalam Jalloud.

En declaraciones efectuadas en Roma, Jalloud recordó que en los últimos meses Gaddafi se movía continuamente en Trípoli, aunque comentó que, si bien antes era posible verlo en esos desplazamientos nocturnos, hace ya unos días que nadie lo había visto.

El ex número dos libio subrayó asimismo que Gaddafi había prescindido de varias personas de su entorno que tradicionalmente estaban a su lado y que en los últimos tiempos estaba acompañado sólo de cuatro personas.

"Puede estar escondido en alguna casa y permanecerá ahí hasta que las calles no se vuelvan a abrir. De ese modo podrá salir, a lo mejor vestido de mujer", manifestó. 

Sin embargo, señaló que si Gadafi ya ha logrado salir de la capital, seguramente intentará cruzar el desierto. Jalloud se encuentra desde el sábado en Italia, adonde llegó en un vuelo procedente de la isla tunecina de Djerba tras escapar el viernes de Libia y cruzar la frontera con Túnez.

Privado de cualquier puesto de responsabilidad desde 1990, Jalloud fue uno de los cerebros del golpe de Estado que subió al poder al coronel Gaddafi en 1969.

Ocupó muchos cargos oficiales, entre ellos los de viceprimer ministro, responsable de Finanzas y de Industria e, incluso, jefe del gobierno.

Sobre su futuro, Jalloud manifestó su intención de formar un partido político una vez finalice el conflicto para participar en las elecciones y la formación del nuevo gobierno. Señaló que será "un partido nacionalista, liberal, laico", cuyo liderazgo, en caso de éxito, será confiado a los jóvenes y contará con la presencia de mujeres.

Jalloud comentó además que Libia es "una familia" y consideró que la violencia no forma parte de su cultura, por lo que se mostró confiado en que, una vez finalizado el conflicto, el país no estará "dividido". "Con la caída definitiva del régimen no habrá enfrentamientos, el pueblo permanecerá unido y tolerante", afirmó el antiguo número dos libio, quien subrayó que las tribus libias no son "fanáticas", sino que representan un modelo social.