"En enero de 2011 conocí a Rafael Garay Pita en el interior del Patio Bellavista (...). Me señaló que era el gerente del Museo de Artes Visuales y que daba cuñas televisivas sobre economía". Así parte la declaración judicial de su ex pareja Antonella Torelli, cuyo testimonio da cuenta de los últimos días el ingeniero comercial en Chile.
La mujer, de profesión enfermera, cuenta que estuvo junto a él hasta octubre de ese año, porque decidió terminar su relación, la que calificó de "pésima". Sin embargo, a finales del año pasado, Garay la contactó por Facebook y decidió reunirse con él en su departamento ubicado en Lo Barnechea. "Me dijo que nunca en su vida ha estado más en paz, que había sido internado en una clínica por tres días y que había estado con tratamiento psiquiátrico. Conversamos de la vida, me pidió perdón, se puso a llorar, se había dado cuenta de que perdió una gran mujer, que había sido el amor de su vida, lo perdoné y me fui", indica en su declaración.
Torelli señala que en marzo de este año volvieron a tener una relación, pero en mayo volvió a desaparecer por un fin de semana.
"Me llamó y fui a su casa. Al llegar lo vi ebrio y llorando, me dijo que le habían detectado un tumor del porte de un puño en la parte posterior de la cabeza, la verdad es que no le creí mucho. Al preguntarle de qué se trataba el tumor, me dijo que era un glioblastoma en grado cuatro, lo que supe de inmediato qué era, porque trabajo en la Unidad de Oncología del Calvo Mackenna.
Esos tumores tienen un pésimo pronóstico y la esperanza de vida no era de más de 13 meses con tratamiento", indicó al fiscal.
Sus dudas se acrecentaron cuando le manifestó que hacía dos años que le diagnosticaron el cáncer y que se lo habían detectado en Tokio: "Al preguntarle sobre la biopsia no me supo responder, y cuando le pregunté por el tratamiento, me dijo que no se lo había hecho y que prefería vivir la vida y pasarlo bien. Entonces le dije si había entrado en el programa de cuidados paliativos, pero no me supo responder y después se enojó al tratar de ahondar más en el tema (...). Una vez que regresó (de Japón) siguió con el tema del tumor y se victimizaba indicando que le quedaba poco tiempo de vida; en el intertanto, yo no veía ningún síntoma relacionado con la enfermedad (...). En ese momento pensé que el problema de Rafael era algo psiquiátrico serio".
Agregó que cuando Garay estaba en Francia le comunicó que estaba embarazada y por su preocupación se reunió con el médico que lo trababa para determinar por qué actuaba de esa manera. "Conversé con el médico que lo atendió en la Clínica San José. Me señaló que en una oportunidad le había mandado una foto con un arma, indicándole que se iba a suicidar, por ello él fue con carabineros al departamento en Bellavista, lo sedó y lo internó por dos semanas. Respecto del diagnóstico, no lo tenía claro debido a su adicción al alcohol", declaró.
El fin de la relación ocurrió en agosto de este año, cuando descubrió por Facebook la relación que mantenía con la rumana Marya Sara. "Revisé su mochila y encontré las mismas fotografías y se las envié a su WhatsApp (...), se llenó de ira y me echó de su departamento, me fue a dejar al hospital, donde pasé la noche (...). En la quincena de septiembre de 2016 correspondía la ecografía y Rafael debería haberme acompañado, pero no apareció, le envié un email reprochando su actitud y le eché a la cara su infidelidad con la rumana", indicó la mujer en su testimonio.
Vínculos familiares
Uno de los temas que han señalado sus familiares en Concepción es el casi nulo contacto que mantenía con Garay. En diligencias realizadas en esa ciudad, la policía interrogó a la madre de Garay, Nivia Pita Vives, quien contó la relación que ambos tenían. "Rafael, desde los 14 a los 22 años, vivió con su difunto padre en San Pedro de la Paz. Debo indicar que siempre fue un hijo distante a la familia, ya que si bien viajaba a la ciudad de Concepción, siempre optaba por pernoctar en hoteles de la ciudad, a veces sin comunicarme su llegada, enterándome posteriormente por terceras personas o medios de comunicación (...). Recuerdo que solo en una ocasión pasó una fiesta de fin de año en mi casa", señaló.
En la misma línea, su hermana, María Soledad Garay, dijo que "no obstante ser hermanos, no había una relación muy fluida con él, ya que se fue de Concepción hace 20 años, específicamente después de titularse", y agregó a los policías que se enteraba de él por "la prensa escrita y radial".