"Si logras que los mármoles vuelvan de Reino Unido, serás una heroína para Grecia. Te darán una isla de regalo, como a Anthony Quinn". Eso le habría dicho, según la prensa, el actor George Clooney a su esposa, Amal Alamuddin, abogada experta en derecho internacional, que fue contratada por Atenas para que recupere los mármoles del Partenón que están en poder británico.
Porque el reclamo que Grecia ha hecho a Reino Unido se está haciendo cada vez más habitual en varios países, muchos de ellos emergentes. Según explica el diario inglés The Guardian, en los últimos años los cambios en el balance político internacional y el poder económico han motivado lo que se conoce como "repatriación de arte o de objetos culturales".
En el caso griego, desde que Melina Mercuri fue ministra de Cultura a principios de los años 80, el gobierno ha reclamado la devolución de las piezas arqueológicas, entre las que se cuentan 75 metros del friso que adornaban el Partenón, así como varias estatuas, emplazadas originalmente en el resto de edificaciones de la Acrópolis, entre ellas, una cariátide. Todas estas obras de arte, datadas en el siglo 5 A.C., se encuentran expuestas en el Museo Británico de Londres, después de que Lord Elgin las sacara de Grecia a principios del siglo XIX. Este año, el caso dio un paso adelante, cuando ambos contendientes -el Ministerio de Cultura griego y el Museo Británico- aceptaron la intermediación de la Unesco en la disputa y es por eso que Alamuddin viajó el mes pasado hasta Londres para estudiar el caso.
De la misma forma, aquellos que fueron derrotados por Francia ahora están pidiendo su tesoro de vuelta. "En los últimos 20 años ha habido un cambio completo de mentalidad", dijo al diario Jacqueline Sanson, ex jefa de la Biblioteca Nacional francesa. Así, lo que alguna vez fue considerado como un principio "inalienable", que los objetos en los museos y galerías del país debían permanecer como un patrimonio nacional, ahora está siendo considerado por las autoridades, debido a los reclamos que vienen de distintas partes. Al punto que el Museo de Historia Natural de París tiene ahora un departamento legal que estudia los reclamos.
De acuerdo con el diario The New York Times, algunos casos de repatriación reivindican el lugar de los países en el escenario mundial, más que simplemente reclamar un pasado glorioso. A juicio de esa publicación, eso fue lo que ocurrió cuando en 2010 el Museo Peabody de Historia Natural de Yale acordó devolver a Perú miles de objetos desenterrados desde Machu Picchu hace un siglo por el explorador Hiram Bingham. "Ahora, lo que era antes una señal de poder es una señal de debilidad", dijo al diario el arqueólogo peruano Luis Castillo Butters, quien es viceministro de cultura. "Tenemos una posición moral que es más fuerte", añadió. Los objetos fueron devueltos completamente en 2012 y entre ellos se encontraban cerámicas, herramientas, joyas y huesos humanos y de animales.
Así, la mayoría de los museos occidentales ahora reconoce que existen razones éticas para devolver los objetos, sobre todo si se descubre que abandonaron sus países de origen en circunstancias que no están claras. Ese fue el caso de la Venus de Morgantina, que fue devuelta a Italia por el Museo J. Paul Getty en California en 2011, luego de que los fiscales italianos averiguaran que había sido saqueada, exportada ilegalmente y vendida a traficantes.
Si bien los casos de Perú e Italia se resolvieron favorablemente para los países afectados, no siempre es así, ya que a veces se dificulta por la situación política. Según explica el diario The Guardian, Senegal quiere que Francia devuelva los restos del último rey de Casamance, pero la gente en esa localidad quiere la independencia, por lo que el Museo de Historia Natural está reticente a involucrarse. "Nos hacemos a un lado cuando hay temas políticos para enfocarnos sólo en la ciencia y evitar los temas morales", dijo al diario Michel Guiraud, jefe de colecciones del Museo de Historia de París.
Otro de los casos emblemáticos es el reclamo de Egipto por el busto de Nefertiti, que se encuentra en el Museo Neues en Berlín. En 2011, el afamado arqueólogo egipcio Zahi Hawass señaló que, pese a los saqueos que sufrieron los museos durante las revueltas de ese año, que llevaron a la caída del líder Hosni Mubarak, "su lucha continuaba". El busto de Nefertiti, esposa del faraón Ecnatón, fue encontrado en 1912 por el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt y trasladado posteri ormente a Alemania junto a parte de otros hallazgos tras un acuerdo sobre el reparto de las piezas con las autoridades locales. Hawas sostiene que los arqueólogos alemanes engañaron en su momento a las autoridades de Egipto y que ocultaron el valor real del busto para sacarlo del país.