El ex primer ministro de Japón Naoto Kan dijo hoy ante una comisión parlamantaria de su país que se sintió atemorizado e indefenso durante la crisis nuclear de Fukushima del 11 de marzo del año pasado y que carecía de expertos capacitados que lo asesoraran, en su primera respuesta a una investigación pública sobre el desastre.
Kan renunció en septiembre luego de ser criticado por las fallas gubernamentales durante la crisis.
El ex premier manifestó que sus peores momentos fueron cuando funcionarios nucleares no lograron explicar las condiciones en la planta dañada por el tsunami, tras el terremoto y posterior tsunami.
Kan agregó que tuvo que utilizar una ley de preparación para siniestros, establecida en 1999 después de un fatal accidente en una planta de procesamiento de combustible nuclear, que nunca contempló fugas de radiación de gran magnitud y accidentes severos que requerirían la evacuación de cientos de miles de personas, como en Fukushima.
"Todo lo que se preveía en la ley era inadecuado, y tuvimos que sufrir todo tipo de problemas", dijo. Por ejemplo, el centro de manejo de crisis afuera de las instalaciones de la planta no contaba con protección contra radiación ni con un sistema de energía eléctrica de respaldo y tuvo que ser abandonado.
Kan indicó que funcionarios nucleares enviados por el gobierno y por la empresa que operaba la planta para asesorarlo no fueron útiles, y que él nunca recibió el tipo de información que requería. El principal órgano regulador de Japón, la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial, fue particularmente incapaz, señaló.
"Me sentí atemorizado e indefenso", dijo. "Uno no espera que un primer ministro o un ministro de gabinete sea experto nuclear, por lo que necesitamos que funcionarios reguladores proporcionaran su conocimiento y nos ayudaran. No tuvimos a esas personas".
Funcionarios de alto rango de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial, que no son expertos en asuntos nucleares, han reconocido la necesidad de mejorar sus recursos.
Cerca de 100.000 habitantes de zonas aledañas a la planta fueron evacuados por contaminación radiactiva en el área. Japón declaró en diciembre que la planta se había estabilizado, pero funciona con equipo improvisado y su resistencia a terremotos es una preocupación. Funcionarios dijeron que el desmantelamiento de la planta tomará cerca de 40 años.