El ex Presidente alemán Christian Wulff se ha recluido temporalmente en un monasterio, según informa hoy el dominical "Bild am Sonntag".

El rotativo cita, sin mencionar nombres, a fuentes políticas de alto rango, y asegura que Wulff interrumpió su enclaustramiento para asistir el jueves a su despedida oficial con honores militares tras haber dimitido el mes pasado por culpa de un escándalo de corrupción.

Según "Bild", no se sabe cuánto tiempo más quiere estar en el monasterio.

El ex jefe de Estado, de 52 años, aprovechó su reclusión para someterse a un chequeo médico, según "Bild". Poco después de su dimisión sufrió un cólico nefrítico, por lo que tuvo que ser ingresado en un hospital.

Wulff es católico practicante y en 2007, cuando era primer ministro del estado de Baja Sajonia, viajó a Roma para tener una audiencia privada con el Papa Benedicto XVI.

Wulff renunció al puesto de Presidente de la República acosado por un escándalo de corrupción tras sólo 20 meses en el cargo.

El semanario "Der Spiegel" asegura hoy, por otra parte, que la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido conservador de la canciller Angela Merkel, quiere que el Estado deje de costear los gastos de la oficina y el auto oficiales de Wulff tan pronto como el ex Presidente encuentre una nueva actividad.

Los socialistas del SPD ya manifestaron que están en contra de que se le pague esa dotación y tratarán de revocarla en el Parlamento.

El ex Presidente está siendo investigado por la fiscalía por haber recibido favores económicos de un empresario cuando era primer ministro de Baja Sajonia. Este hecho fue el detonante de su renuncia.

En Alemania hay una gran polémica por el hecho de que Wulff vaya a recibir un salario vitalicio anual de 200.000 euros (262.000 dólares), pese a que ocupó el cargo de Presidente menos de 600 días.