El ex Presidente de Israel, Moshé Katsav, fue declarado culpable de dos delitos de violación y de varios de acoso sexual, después de cuatro años de investigaciones y proceso judicial rodeados de una gran polémica política.
El veredicto del Tribunal de Distrito de Tel Aviv condena a Katsav por dos violaciones de una ex funcionaria del Ministerio de Turismo, cargo que ocupó entre 1996 y 1999, de abuso y acoso sexual a dos funcionarias de la Presidencia, en la que estuvo desde 2000 a 2007, y de otros delitos menores como abuso de poder, obstrucción a la justicia y acoso a testigos.
"La denunciante de violación ('A' de Turismo) dijo la verdad, y según la ley ha quedado probado que no hubo consentimiento de su parte", escriben los jueces al describir el testimonio de Katsav como "sembrado de mentiras".
El juez George Kara, presidente del Tribunal que le juzgaba principios de 2009 y que leyó el veredicto, arguyó que el ex presidente "fabricó pruebas en todo momento" para eludir las acusaciones.
Pero aclaró que las pruebas hablan por sí mismas y demuestran que se "aprovechó de su autoridad y de la fuerza física" para violar a la funcionaria.
Según el acta de acusación, el ex jefe del Estado, casado y padre de cinco hijos, violó a la funcionaria de Turismo en un hotel y en la oficina en el segundo semestre de 1998.
De 65 años y nacido en Irán, Katsav dimitió el 29 de junio de 2007 tras fortísimas presiones políticas que habían comenzado un año antes al denunciar él mismo al Fiscal General del Estado que estaba siendo extorsionado por una ex funcionaria de la Presidencia, también conocida por la inicial "A" y cuyo caso no estaba incluido en el actual proceso por falta de pruebas.
El ex presidente destapó con ello lo que se convertiría para él en una pesadilla, con denuncias de al menos otras nueve mujeres por distintos delitos sexuales y el fracasado intento del Parlamento, por primera vez en la historia política israelí, de apartar del cargo a un jefe del Estado.
Un día antes de presentar su dimisión, sus abogados llegaron a un acuerdo fuera de tribunales con la Fiscalía por el que se debía haber declarado culpable de varios delitos de acoso pero no de violación, lo que le hubiera eximido de prisión.
No obstante, al llegar a los tribunales diez meses después para pedir al Tribunal que refrendase el acuerdo, el ex presidente se retractó en el último momento y, sin bajarse del automóvil, abandonó el lugar frente a las cámaras de televisión.
En marzo de 2009 la Fiscalía lo procesó formalmente y restituyó en el acta de acusación los dos delitos de violación, que, según todos los comentaristas, acabarán enviándolo a prisión cuando el tribunal dicte sentencia.
"La justicia israelí establece hasta 16 años de prisión para los casos de violación, y no hay ningún juez que hasta ahora se haya abstenido de enviar a prisión a un violador", explicó el periodista Gay Peleg, del Canal 2.
Según el veredicto del tribunal, formado por un hombre y dos mujeres, "el acusado cometió un error al creer que el Estado no podría probar" las denuncias contra él y que gracias a su cargo podría eludir la justicia.
Hoy, decenas de mujeres se manifestaron con pancartas frente a los tribunales para alentar a otras víctimas a denunciar los delitos de acoso sexual y sentar con el caso del ex presidente un precedente claro en las normas nacionales de conducta.