En 2011, el ex Presidente mexicano Vicente Fox (2000-2006), junto a otros ex mandatarios latinoamericanos como Fernando Henrique Cardoso, César Gaviria, Ricardo Lagos y Ernesto Zedillo, suscribieron un documento donde junto con declarar que "la guerra global contra las drogas ha fracasado", pedían "terminar con la criminalización, la marginalización y la estigmatización de las personas que usan drogas, pero que no hacen ningún daño a otros". A sus 72 años, hoy Fox -que llegó al poder de la mano del centroderechista Partido Acción Nacional (PAN)- sigue embarcado en esa lucha, de la cual se declara un "activista", según afirma en esta entrevista telefónica con La Tercera desde Guanajuato, en la cual analiza el impacto de las iniciativas sobre la marihuana en Uruguay, Colorado y Washington, así como la situación de la violencia narco en su país.
Usted es una de las figuras políticas más activas a favor de la legalización de las drogas, en especial la marihuana. De hecho, recientemente dijo que si la cannabis fuera legal en México "claro que sí" la cultivaría.
Sí, efectivamente estoy totalmente a favor de la legalización de la droga, en este caso la marihuana, en el proceso en EE.UU. y en cualquier otro lugar del mundo. Y no solo estoy a favor, sino que soy activista y estoy promoviendo el tema para que avance en EE.UU. particularmente, pero espero avance en cualquier otro lugar.
Junto a otros ex presidentes, usted declaró como "fracasada" la "guerra global contra las drogas". Sin embargo, también ha dicho que reducir su consumo entra en la esfera de la libertad de cada individuo. En ese sentido, ¿cree que ha habido un giro en la justificación para legalizar las drogas?
Efectivamente hay muchas más razones que solo terminar con esta violencia llena de sangre como en el caso de México. Hay razones, primero, en el sentido de que es una responsabilidad personal, donde el Estado y el gobierno no tienen derecho a quitarme mis conductas mientras yo no afecte a terceros. De igual manera, el caso de la marihuana ha probado que puede funcionar de manera cierta y totalmente legal, como ya sucede en los estados de Colorado y Washington. También hay una razón económica. Cuando se cambia el paradigma de la prohibición a la autorización regulada se está quitando una verdadera fortuna a los carteles, a los distribuidores, a los productores de drogas y ese dinero va a las arcas del gobierno, del Estado. Eso en EE.UU. es una verdadera realidad. Y, por último, las prohibiciones no funcionan. La guerra contra las drogas lejos de terminar con el consumo o con la violencia ha hecho exactamente lo contrario. En este sentido, son muchas las razones que yo argumento para que se legalice la droga.
De este grupo de ex mandatarios, usted parece ser el que más ha permanecido en la agenda mediática defendiendo la legalización de las drogas. ¿Cree que como conjunto han perdido influencia sobre el tema?
No, es que yo estoy actuando por mi cuenta, no en grupo con ellos. Yo estoy activo no solo en seminarios, en discusiones. Yo mismo he hecho gestión, en lo que es la Cámara de Diputados de la Ciudad de México para que avance una iniciativa que ya está ahí. Voy seguido a California, a San Francisco, que es un lugar importante en la discusión de ese tema. Voy a Seattle, voy a Colorado. Participo en eventos de promoción abierta de la marihuana, pues yo soy un activista, porque tengo la convicción de que esta es una solución. Tal parece que la última frontera en las prohibiciones es el tema de la droga. Por eso creo que hay que terminar con la prohibición y pasar a un régimen de regulación. Eso es fundamental para que se dé educación sobre lo dañino que es la droga, para que todo el mundo tenga información, para que se tomen decisiones razonadas. Ni en Holanda, ni en Uruguay, ni en EE.UU., ni en Portugal, después de la eliminación de la prohibición, ha crecido mayormente el consumo. Yo creo que es muy importante avanzar, hacer la discusión pública. Se debe de hacer en Chile, abrirlo a la opinión pública, abrirlo a que lo entienda todo el mundo y razonadamente dar pasos para pasar de prohibición a regulación.
La ONU criticó la legalización de la marihuana en Colorado y Washington, por juzgarlas contrarias a las convenciones internacionales. ¿No considera un contrasentido que el Presidente Obama no aplique en esos estados las leyes federales, bajo las cuales la marihuana sigue siendo ilegal?
Todo gobernante activo, mientras no tenga una señal clara de la ciudadanía, del votante, de la sociedad, no va a proceder. El gobierno de Obama está en un gran dilema, porque federalmente sigue prohibida la marihuana y localmente está totalmente legalizado el consumo. Tal es así que vemos que Obama y las fuerzas federales ya no van e imponen crimen y castigo a un consumidor de marihuana. Están respetando la decisión local, porque fue producto de una decisión del Congreso local y fue producto de una opinión pública que está totalmente a favor de la legalización.
¿En ese sentido, cómo califica el estado del debate sobre la legalización en su país?
Muy avanzado. Hay propuestas ya en el Congreso de la Ciudad de México. Yo creo que muy pronto va a salir ya una regulación, tal como sucedió en Uruguay. Y también hay ya iniciativas en el Congreso Federal en México, no se han discutido, pero ya están ahí. Mientras más avanza EE.UU., más los demás debemos razonar las cosas, discutirlas y ver lo más conveniente. Hay que quitarnos las telarañas. Muchas mamás me llaman y me dicen: "Oiga Señor Fox, usted está abriendo un camino para la perdición de mis hijos". Y yo les digo: "Sus hijos, si nos los cuidaron, aún con prohibición ya están perdidos, de cualquier manera están consumiendo drogas". Si usted, su hijo, el gobierno y todo el mundo ventilamos el tema, conocemos cuál es la parte dañina de la droga, entonces tomamos una decisión razonada. Si no hay regulación, la legalización va a ser un fracaso total.
Usted ha dicho que hay que "sacar adelante a México de esta carnicería" que es la violencia narco. Sin embargo, también ha criticado el despliegue del Ejército en las calles, como lo hizo su sucesor en la presidencia, el también panista Felipe Calderón. ¿Cree que, en este caso, el remedio fue peor que la enfermedad?
Fue un gravísimo error. Crecieron espectacularmente los homicidios, la sangre, los muertos. El consumo no se ha detenido, sigue igual y EE.UU. sigue siendo el gran mercado de la droga. Ellos ni siquiera han apoyado en esa cruzada. Ha sido un fracaso total. Es un error sacar el Ejército a las calles para esas tareas. Los resultados están a la vista.
¿Y en qué actitud ve al actual Presidente Enrique Peña Nieto?
Lo primero que ha hecho es retirar esa presión exorbitante por la vía de la violencia. Yo creo que Peña Nieto está haciendo una presidencia mucho más sensata en este tema, como lo hice yo en su tiempo. En el año 2006 se alcanzó el índice más alto en materia de reducción de homicidios y de crímenes. Entonces no todo es agarrar a garrotazos.
El Presidente paraguayo Horacio Cartes, cuyo país es uno de los mayores productores de marihuana de la región, sostiene que "la situación del tráfico de drogas no va a cambiar con la legalización de una droga". ¿Qué opina?
Al final tiene razón. Si los argumentos funcionan para una droga, funcionan para todas. Yo soy un convencido de que deben de ser (legalizadas) todas las drogas. Sin embargo, para sacar adelante el tema me parece muy correcto y estratégico el ir paso a paso. Empecemos con la marihuana, experimentemos y veamos qué sucede. Y luego ya nos movemos como Portugal o como Holanda que abrieron para todo.
¿Qué balance hace de la legalización de la marihuana en Uruguay, que el Presidente Mujica calificó de "experimento sociopolítico"?
Lo primero que veo es que los efectos negativos que mucha gente pensó que iban a suceder no han sucedido. No hay la locura de los jóvenes para ir a buscar y consumir la droga. Y segundo, toda la información muestra que el proceso va muy bien y de alguna manera despresuriza la cuestión de posible y potencial violencia. El gran triunfo aquí es quitarle el dinero al mercado negro, quitárselo a los carteles y a los criminales.