El ex presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, afirmó que la decisión del gobierno del presidente Barack Obama de suspender la ayuda estadounidense al ejército de Pakistán, por 800 millones de dólares, no está en el interés de ambas naciones y que esto podría afectar las labores de combate a los grupos terroristas.
"Estamos debilitando al país y al ejército", indicó Musharraf durante un discurso en el Instituto Baker de Política Pública de la Universidad de Rice.
"Esto tendrá ciertamente un efecto negativo en el ejército de Pakistán y en su capacidad de combatir al terrorismo", agregó.
El jefe de gabinete del presidente Obama, William Daley, confirmó durante el fin de semana de la retención del dinero destinado para el ejército paquistaní.
El funcionario indicó que aunque las tensas relaciones entre Estados Unidos y Pakistán deben "mejorarse con el tiempo" y, hasta que eso ocurra, "retendremos parte del dinero que los contribuyentes estadounidenses están comprometidos a otorgar" a las poderosas fuerzas armadas de ese país asiático.
Musharraf dijo sentirse triste por "el ambiente presente de casi confrontación que hay entre Pakistán y Estados Unidos, entre sus dos ejércitos, entre sus dos servicios de inteligencia".
"Me entristece porque recuerdo cuando había confianza", indicó Musharraf, al destacar lo que dijo que fueron relaciones sólidas con el entonces presidente George W. Bush y su entonces secretario de Estado Colin Powell.
"Podía tomar el teléfono y la línea siempre estaba libre. Me pregunto ahora si ese mismo grado de comunicación existe entre ambas partes", agregó.
Además, indicó que hubo un "déficit" en la confianza entre ambos países y que la restauración de las relaciones depende del liderazgo y de hablar francamente y se debe comenzar con una garantía de Pakistán para el gobierno estadounidense de que no hubo complicidad al otorgarle refugio al líder de la red terrorista Osama bin Laden.
El mandato del ex gobernante militar incluyó los años en que Osama bin Laden aparentemente se trasladó a su complejo en Abbottabad, donde murió el pasado 2 de mayo a manos de soldados estadounidenses durante una operación encubierta.
Tal como lo hizo en el pasado, Musharraf negó que él o los servicios de inteligencia paquistaníes conocieran de la ubicación de Bin Laden, al menos durante su época en el Gobierno.