El ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) Manuel Burga fue extraditado esta madrugada a Estados Unidos para que sea investigado en ese país en el marco del escándalo de corrupción en la FIFA descubierto el pasado año.

Burga viajó a Estados Unidos en un vuelo que partió del aeropuerto limeño Jorge Chávez para ser puesto a disposición de la Fiscalía de Nueva York, que solo podrá investigarlo por uno de los tres delitos que le imputa.

La Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Perú declaró en junio fundada la solicitud presentada por Estados Unidos para extraditar a Burga por el delito de delincuencia organizada en grado de conspiración, tipificado en la legislación peruana como asociación ilícita para delinquir.

Sin embargo, desestimó extraditarlo por los delitos desestimaron los cargos por los delitos de fraude electrónico, por no encontrar uno similar en las leyes peruanas, y de lavado de dinero.

El ex presidente de la FPF fue detenido el 4 de diciembre de 2015 y llevaba casi un año encarcelado en la prisión de Piedras Gordas II, situada en el municipio limeño de Ancón, en el norte de Lima, mientras se tramitaba su extradición, aprobada finalmente por el Gobierno peruano el jueves 24 de noviembre.

El Tribunal Constitucional de Perú desestimó ese mismo día un habeas corpus interpuesto por el abogado de Burga, César Nakazaki, como último recurso para evitar la extradición.

Burga fue incluido en diciembre de 2015 entre los 16 nuevos altos cargos y ex directivos de la FIFA acusados por la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, de corrupción y de "secuestrar" el fútbol para enriquecerse durante 24 años.

La investigación por sobornos que presuntamente alcanzarían los 200 millones de dólares incluye 92 cargos por delitos que van desde organización mafiosa y fraude masivo hasta blanqueo de dinero, y los acusados se enfrentan a un máximo de 20 años de prisión.

Burga se encuentra entre los dirigentes sudamericanos acusados de haber recibido sobornos de la empresa Datisa en el proceso de la adjudicación de los derechos de televisión de la Copa América para sus ediciones de 2015, 2016, 2019 y 2023.

El extraditado se desempeñó como presidente de la FPF entre 2002 y 2014, cuando declinó optar a un cuarto mandato consecutivo bajo sospechas de corrupción y en medio de acusaciones por presuntamente contravenir las normas de la Federación, que solo contemplaban dos reelecciones.

En el momento de su detención ejercía el cargo de coordinador general de proyectos de desarrollo de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).