El ex presidente francés Nicolas Sarkozy, calificó hoy de "grotescos" los cargos de corrupción activa, tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional que se le imputan.
En una entrevista concedida a la cadena TF1 y a la emisora Europe 1, el que fuera jefe del Estado entre 2007 y 2012 cuestionó el trato judicial que se le ha dado y la imparcialidad del juez que está al frente del caso.
"¿Es normal que se elija a un juez que pertenece al sindicato de la magistratura (...), que tiene la obsesión política de destruir por activa o por pasiva a la persona contra la que debe instruir?", se preguntó en esa intervención.
Sarkozy pidió que no se confunda a esa "pequeña parte de la magistratura militante" con el resto del cuerpo judicial, pero subrayó que el tratamiento que se le ha dado hasta ahora, con un interrogatorio de más de 15 horas y en régimen de detención preventiva, se hizo con la intención de humillarlo e impresionarlo.
"No tengo nada que reprocharme", indicó el ex presidente, que insistió en que "cuando alguien tiene la certeza de ser inocente no tiene miedo a expresarse".
Sarkozy dijo no querer estar "por encima de la ley, pero tampoco por debajo", e hizo hincapié en que se ha violado un principio fundamental del Derecho, el de que "todo justiciable tiene derecho a un juez imparcial".
El ex dirigente conservador defendió que en las cuentas de la campaña que le llevó al Elíseo en 2007 nunca ha habido un sistema de doble facturación, calificó de "escandaloso" que sea sospechoso de "tráfico de influencias", y no descartó, pese a todo, regresar a la primera línea política.
"No anticipemos la decisión. Amo con pasión a mi país y no soy alguien que se desalienta", indicó Sarkozy, que adelantó que tomará la decisión sobre sus intenciones "a finales de agosto o principios de septiembre".