El ex presidente paquistaní Pervez Musharraf fue transportado urgentemente este jueves a un hospital  militar debido a "problemas cardíacos", en un nuevo vuelco espectacular de la saga político-judicial del general retirado perseguido por la justicia por traición.

Musharraf se dirigía a un tribunal especial instaurado en noviembre por el gobierno para juzgarlo por "alta traición", pero sintió un malestar e inmediatamente se desvió hacia el instituto de cardiología de las fuerzas  armadas, según fuentes policiales y sus allegados.

"Tuvo un problema cardíaco", declaró al tribunal Jan Mohamad, un alto responsable de la policía paquistaní para explicar la ausencia del ex presidente, quien estuvo en el poder desde su golpe de Estado en 1999 hasta su destitución, a mediados de 2008.

El ejército y las fuerzas especiales patrullaban alrededor de este hospital  de Rawalpindi, una ciudad cercana a la capital, según un periodista de la AFP en el lugar.

En un mensaje electrónico a la AFP, el portavoz oficial de Musharraf confirmó que el ex mandatario se encontraba en el instituto de cardiología de las fuerzas armadas, donde era examinado por especialistas. "Es consciente y  puede orientarse en el tiempo y el espacio", aseguró.

Según una fuente hospitalaria que solicitó el anonimato, Musharraf no sufrió una crisis cardíaca pero se encuentra en observación luego de su malestar. Su esposa estaba a su lado y su hija, que vive en Karachi (sur), se dirigía al hospital militar.

El tribunal especial postergó la audiencia. Allegados del ex general, cuyo nombre figura en una lista de personas que no pueden abandonar el país, afirmaron inmediatamente que debería ser transportado urgentemente al extranjero.

El primer ministro Nawaz Sharif, quien regresó al poder gracias a su victoria en las elecciones de mayo después de haber sido derrocado en 1999 por el general Musharraf, había creado ese tribunal especial en noviembre para  juzgar a su rival por "alta traición", un crimen pasible de la pena de muerte en Pakistán.

Musharraf, un ex aliado de Estados Unidos en su "guerra contra el  terrorismo" que sigue siendo amenazado por los grupos islamistas armados, debía  comparecer el 24 de diciembre y el 1 de enero ante dicho tribunal, pero en cada oportunidad permaneció en su mansión debido a amenazas.

Sus abogados afirmaron el jueves que ellos también recibieron amenazas y  que el gobierno trató de intimidarlos.