Dejando atrás su neutral postura de tecnócarta, el saliente premier italiano, Mario Monti, lanzó su primera embestida en su intento por ser reelecto, en las elecciones parlamentarias del 24 y 25 de febrero, al prometer reducir los impuestos laborales para impulsar el crecimiento.
El ex comisionado europeo asumió en noviembre de 2011 para encabezar un gobierno que si bien no fue electo en las urnas fue apoyado por sectores de derecha e izquierda, y el cual tenía la misión de salvar a Italia de la crisis financiera tras la renuncia de Silvio Berlusconi.
El partido de Berlusconi dejó en diciembre del año pasado de apoyar a Monti, quien renunció días más tarde, casi dos meses antes de lo planeado.
Monti abandonó el viernes su rol de mediador para ingresar a la política por cuenta propia y liderar una alianza de centro en los comicios.
El político de 69 años se encuentra ahora en una carrera a tres bandas con el Partido Democrático (PD), a la izquierda, y el Pueblo de la Libertad (PDL), a la derecha.
Sondeos iniciales sugieren que el bloque de Monti podría obtener hasta un 16%, lo que privaría a sus rivales de un triunfo claro pero no sería suficiente para gobernar.
Las encuestas muestran que el PD y su aliado de coalición van camino a ganar las elecciones, al menos en la Cámara baja. Monti repitió hoy que luego de las elecciones quería formar una coalición más amplia de partidos que esté a favor de una mayor integración europea y de potenciales reformas.
Monti ha prometido reducir los impuestos laborales y "redistribuir" la riqueza en caso de un triunfo.
"Necesitamos reducir los impuestos a la fuerza laboral, tanto para trabajadores como para empresas, reduciendo los gastos", dijo Monti en una entrevista con una estación de radio.
Monti ridiculizó una vez más a Berlusconi al decir que estaba personalmente "confundido" por sus "ilógicos" cambios de postura, que van de elogios a ataques en torno a su gobierno. "Espero que los votantes estén menos confundidos que yo", declaró.
Berlusconi, de 76 años, ha atacado a Monti diciendo que acata órdenes de la canciller alemana Angela Merkel.
Monti también atacó por primera vez directamente a la centro-izquierda, al decir que el PD de Pier Luigi Bersani y su aliado, el partido ecologista SEL, eran demasiado cercanos a las posiciones de los sindicatos, inclinados a proteger los empleos y a no crear nuevos puestos laborales.
Según Monti, la centro-izquierda italiana quiere conservar un mercado laboral "hiper-proteccionista" en comparación con otros países. "Ahora necesitamos un nuevo tipo de Gobierno, uno que esté a favor de las reformas y no de conservar el status quo", remarcó Monti.