Yury, una de las hermanas del suboficial, le confirmó a BBC Mundo que Moncayo, quien fue liberado el pasado 30 marzo, viajó recientemente a Italia.
"Ha habido muchas amenazas, llamadas, mensajes, atentados extraños en nuestro pueblo natal, seguimientos; la situación se ha tornado realmente insostenible", respondió Yury a un cuestionario de BBC Mundo.
A comienzos de este mes dos petardos estallaron cerca de la casa de los Moncayo, en Sandoná, Nariño, en el sur de Colombia.
"No sólo es el miedo por el riesgo inminente que existe, sino que nuestros corazones están lacerados por tanta calumnia y a éso sólo se le puede llamar terrorismo. Al final, ya no somos las víctimas, somos los victimarios", se quejó la hermana y dijo que la familia está triste por no tener al lado a Pablo Emilio.
CRITICAS POR UN OLVIDO
En los últimos años del cautiverio, el profesor Gustavo Moncayo, el padre de Pablo Emilio, emprendió junto a Yuri una cruzada para exigir la liberación de su hijo y hermano, y abogar por un acuerdo entre el gobierno colombiano y la guerrilla, que permitiera el intercambio de cautivos en las selvas por rebeldes presos.
Luego de ser liberado, Pablo Emilio fue blanco de duras críticas de algunos sectores por no haber mencionado al entonces presidente colombiano, Álvaro Uribe, en sus agradecimientos, como sí lo hizo con otros mandatarios, como los de Brasil, Ecuador y Venezuela.
Posteriormente, el sargento se disculpó y dijo que se trató de un olvido.
"Las amenazas han existido siempre. Desde la caminata del año 2007, la visibilización de mi padre y las ganas de que todos estos muchachos salgan sanos y salvos de allá trajo consigo mucho malestar en diversos sectores y grupos al margen de la ley, particularmente de las Águilas Negras y sus grupos emergentes", indicó Yury.
ACTIVISMO PACIFICO
Las Águilas Negras y los grupos emergentes son los nombres que han adoptado en Colombia fuerzas paramilitares de derecha, al servicio del narcotráfico, que nunca se desmovilizaron o que han resurgido. En Nariño, esas fuerzas tienen amplia presencia.
Según Yury, hay "grupos de odio hacia mi padre y su activismo pacífico" y "envenenamiento de algún sector de la sociedad civil, desadaptados y sin información, que han arremetido varias veces contra mi padre y mi hermano".
"Lo más preocupante es no saber qué día uno se encuentra con un radical que no quiere que mi padre y mi hermano respiren más", dijo.
El sargento Moncayo sigue formando parte del ejército de Colombia y está tomando períodos de vacaciones que acumuló durante su cautiverio, explicó su hermana.
Hablando a nombre del resto de su familia, la hermana del sargento pidió "que se nos permita vivir tranquilos" y dijo que, pese a las amenazas, "estamos dispuestos a seguir trabajando por una solución política y negociada al conflicto colombiano".