Arturo Valenzuela, el académico chileno estadounidense que entre los años 2009 y 2011 se desempeñó como Subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del presidente Barack Obama, participó de los diálogos secretos que en 2010 mantuvo el gobierno de Estados Unidos y las autoridades cubanas con el propósito de liberalizar las relaciones entre ambos países y lograr la excarcelación de Alan Gross. Valenzuela entrega aquí las claves para entender la importancia del nuevo trato entre Washington y La Habana anunciado ayer.

¿Qué riesgos estaría tomando el Presidente Obama al llegar a este acuerdo con Raúl Castro?

El Presidente se enfrentará a partir del próximo año con un Senado hostil. E incluso el senador que hoy preside la comisión de Relaciones Exteriores, Robert Menéndez, que es demócrata, es decir, un hombre del partido del mandatario, está en contra de las medidas que favorecen la normalización de las relaciones con Cuba. Sin embargo, Obama en ningún momento dijo que su gobierno dejará de preocuparse de la situación de los derechos humanos en la isla. Y no todos los republicanos apoyan la permanencia de las sanciones contra Cuba.

¿Por qué cree que Raúl Castro decidió involucrarse en este proceso?

Ello da cuenta de un proceso interesante: tanto aquí como en Cuba hay duros y blandos. Al Partido Comunista cubano le conviene, para mantener el control férreo, que triunfen las posturas extremas. Pero yo tengo la impresión de que Raúl Castro no está entre los más duros. Pareciera ser que los blandos han doblegado a los más duros. Y en este sentido, Raúl aboga más bien por una perestroika (en términos de la ex URSS, una reestructuración política y económica) que por una glasnost (transparencia). La razón de ello es, en parte, bastante clara: la economía cubana se ha visto profundamente afectada con el colapso de la economía venezolana.

¿Qué reacciones prevé usted que suscitará el acercamiento cubano-estadounidense en los aliados sudamericanos de Cuba?

La gente que cree que Cuba es la gran aliada de Venezuela debe estar muy sorprendida. Lo que aquí ha imperado es el realismo por causas económicas. Y, en consecuencia, el discurso antiimperialista del gobierno venezolano se va a ver tremendamente complicado de ahora en adelante.

¿Es posible afirmar que el fin del embargo a Cuba constituirá el legado más relevante de la política exterior de Obama?

No creo. Pero sin duda que es un paso histórico en la relación entre Estados Unidos y América Latina.

¿Es sensato prever desde ahora una apertura definitiva en Cuba, considerando que el acuerdo con Estados Unidos incluirá facilidades para el comercio y, sobre todo, ayudará a la expansión del uso de Internet?

Bueno, es una parte relevante del cálculo. Pero el elemento crucial de estas medidas es que están diseñadas para permitir una interlocución más potente entre ambas sociedades, apoyando al mismo tiempo, por supuesto, una mayor autonomía de la sociedad civil cubana, algo que los duros no han querido.