Club de Tenis El Alba, febrero de 2005. Un grupo de tenistas japoneses realiza una gira por Sudamérica para disputar los torneos Cosat. La principal atracción, un jugador de 15 años llamado Kei Nishikori. En ese momento ocupaba el puesto 95 del ranking ITF y buscaba ampliar su experiencia en distintas superficies.

En ese plan llegó a la tradicional Copa Milo, donde alcanzaría las semifinales en singles (perdería ante el brasileño Nicolás Santos) y en dobles. En su camino por el cuadro de individuales de la categoría menores de 18 años -las otras se jugaron en el Club Palestino-, el asiático enfrentó a Marco Licoñir, una de las promesas nacionales de esos años, a la que derrotó por un estrecho 7-6 (5) y 6-4.

"Me acuerdo de que fue un partido apretadísimo en la cancha 1 de El Alba. Fue tan duro que a Nishikori lo tuve rezando en el tie break. Miraba a su entrenador, oraba y le pedía ayuda, porque no sabía qué hacer. Eso a la larga me desconcentró y terminé perdiendo", relata el ex tenista nacional, quien agrega: "Jugué el mejor tenis de mi vida, pero perdí. Dejé todo. Le pegué de todos lados, y él me devolvía apoyándose en mi fuerza. Era muy rápido, además".

Luego, ambos tomaron otros caminos. Nishikori enfrentará hoy a Novak Djokovic por el paso a la final del Abierto de Estados Unidos, y desde la próxima semana volverá a ser top ten, mientras que Lincoñir tuvo que abandonar el tenis por una cruda lesión. "En ese mismo torneo me lesioné la muñeca derecha y luego se me produjo una fractura por estrés y un edema óseo, que me dejó siete meses sin jugar. Encima yo provengo de una familia de escasos recursos, así es que me decidí estudiar en Estados Unidos, donde fui campeón estadual de Misisipi. También estudié en Carolina del Sur y me gradué en business managment", comenta.

Pese a ello, se ilusiona con volver al tenis profesional si la muñeca se lo permite. "El año pasado quise volver y me entrené a full, pero recrudeció la lesión. Ahora, quiero intentarlo de nuevo, porque tengo esa espinita y quiero salir de la duda. Sobre todo, porque cuando veo arriba a tipos a los que les jugaba de igual a igual, como Del Potro o Nishikori, me pasan muchas cosas. Todo dependerá de cómo siga", adelanta el hoy operador internacional de LarrainVial.

En esa época, además, no había mucho apoyo económico. "Las empresas sólo te apoyan si eres top ten a los 17 años. Quizás si hubiera nacido en otro país, mi destino sería diferente. Encima, en esa época, no había muchos Futuros, y en los que había se llenaba de argentinos", recuerda.