Las autoridades filipinas excarcelaron este domingo a un secuestrador condenado para cumplir la demanda de los hombres armados que mantienen como rehenes desde el viernes a 16 profesores y estudiantes en el sur del archipiélago.

Ondo Perez, miembro de la misma tribu que los captores, salió en libertad de manera provisional de una prisión en la provincia de Agusan del Sur para intentar negociar la resolución pacífica del secuestro, informaron fuentes oficiales.

El jefe de la Policía en el norte de la isla de Mindanao, superintendente Reynaldo Rafal, dijo a los periodistas que cree que los captores están dispuestos a liberar a los rehenes.

"Confío en que todo pueda ser resuelto a través del diálogo. Está claro que no podemos esperar más y esperamos que todo acabe hoy mismo", declaró Rafal.

Los pistoleros, miembros del clan de los manobo, secuestraron el viernes por la noche a las personas en la aldea de Prosperidad y amenazaron con ejecutarlas si las fuerzas de seguridad intentan rescatarlas.

Según la Policía, el líder de los secuestradores es Reyjoy Brital, un ex guerrillero comunista enfrentado a las autoridades desde finales de 2009, cuando Ondo Perez tomó a 79 rehenes en venganza por el asesinato de varios familiares a manos del cabecilla de una tribu rival también en Prosperidad.

En aquella ocasión, los negociadores gubernamentales prometieron a Perez que no sería detenido si dejaba salir a todos con vida, pero finalmente fue arrestado y encarcelado.

Casos como éstos son habituales en Filipinas, sobre todo en la tierra sin ley del sur, donde clanes rivales solucionan a tiros sus disputas ante la corrupción y el temor de fuerzas de seguridad y jueces, y el secuestro se ha convertido en un negocio para muchos criminales.

Muchos clanes disponen de ejércitos privados que campan a sus anchas por el país pese a que el Gobierno se ha comprometido a desarmarlos, la mayoría a sueldo de políticos o ricos terratenientes que imponen por la fuerza el dominio de sus feudos.