Este miércoles 22 de junio, a las 19 horas, se exhibirá en la Biblioteca Nacional el documental El Sonido del Matarife, de la directora y coreógrafa Francisca Keller, que retrata el Santiago bohemio de los años 40 y 50.
La cinta relata la vida de Raúl Tapia, un ex matarife y cantor de tango, que hoy, a sus 86 años, recuerda el Santiago antiguo, visión que se entrecruza con la mirada de Keller, que cuestiona la situación actual de la ciudad.
Llegar a ser maestro matarife significaba tener un prestigio otorgado por la comunidad. En el siglo XX, ser matarife significaba en el imaginario popular, la realización de la profesión del torero.
Tal como cuenta su protagonista, matar a un animal proporcionaba el placer de un juego: clavar un punto, voltear el animal y degollarlo, significaba demostrar la hombría al modo de espectáculo tauromáquicos, para luego recobrar la energía invertida en el trabajo con la ingesta de su sangre u otros líquidos que el animal ya muerto emanaba.
El advenimiento de las nuevas tecnologías trajo consigo una nueva concepción del tradicional acto de dar muerte al animal, dejando de entender este como un acto sanguinario. De este modo, los matarifes del matadero de Santiago perdieron sus costumbres, sin muchos de ellos poder adaptarse a las nuevas formas de trabajo.
La música juega un rol principal en la película a cargo de Inti González, ex integrante de la agrupación artística Los Trukeros y actual miembro de Juanafe.
En el documental el cuerpo se presenta una y otra vez y narra la crisis de la vejez en una ciudad que aplasta las costumbres y no reconoce las experiencias de los antiguos. Como señala Keller, "la cultura parte en escuchar a nuestro viejos y saber realmente donde estamos y quienes somos".