Varias agrupaciones de exiliados cubanos en Miami expresaron hoy su temor de que la flexibilización de viajes al exterior recién aplicada en Cuba haga peligrar la Ley de Ajuste Cubano y pidieron a los congresistas estadounidenses de origen cubano que ejerzan presión en Washington para protegerla.

Promulgada en 1966 -siete años después de la llegada de Fidel Castro al poder-, la ley de Ajuste permite a los cubanos que logran entrar a EE.UU. obtener la residencia permanente después de un año y un día. 

"La ley de ajuste cubano corre peligro de ser derogada, porque se aprobó en los sesenta para proteger a los que escapaban (de Cuba). Ahora van a salir millones de personas más, pero buscando mejoras económicas y no por motivos políticos", dijo hoy Pedro Pérez, del Partido Liberal Cubano.

Según detalló, ese temor es común a su organización y a otras como la Brigada de Asalto 2506, el Colegio Médico Cubano Libre, el Consejo del Presidio Político Cubano, el Consejo por la Libertad de Cuba, la Junta Patriótica Cubana, Municipios de Cuba en el Exilio, el Partido Protagonista del Pueblo, la Unidad Cubana, el Proyecto Cuba y la Asociación de Músicos Cubanos Libres en el Exilio.

Todas ellas, "como integrantes del Exilio Histórico Consecuente", se pronunciaron hoy conjuntamente en Miami sobre la reforma migratoria que entró en vigor el lunes en Cuba y que flexibiliza los requisitos que se exigen a los cubanos para entrar y salir de la isla.

En representación de esas agrupaciones, Pérez defendió que no es correcto llamar "reforma" a esa medida, que, en su opinión, es "un filtro discriminatorio" pensado "para evitar un estallido social, que la oposición engrose sus filas, que el casi millón de desempleados busque sustento fuera de la isla y que los jubilados de Miami vayan allí por temporadas a meter dinero".

Según dijo, las citadas agrupaciones, reunidas en su mayoría en el llamado Foro Patriótico Cubano, temen que "al llegar miles de personas adicionales a EE.UU. llegue un momento en que el Congreso diga 'hasta aquí; nosotros no podemos permitir la entrada masiva'".

"Van a darse cuenta de que la Ley de Ajuste Cubano no se está aplicando con el objetivo inicial de proteger a los huidos del régimen".

En los últimos días medios oficiales cubanos han defendido que la ley de Ajuste "obstaculiza cualquier avance en el proceso de conversaciones para regular la migración de forma ordenada, regular y segura" y la tachan de "paradoja legal y anacronismo".

"Queremos la colaboración de los congresistas cubanoamericanos para llegar al Congreso y a las esferas de poder de EE.UU.", apuntó Pérez.

Su intención es, dijo, que estos "busquen resortes que lleven a la Ley de Ajuste Cubano a su espíritu original, que era proteger a los opositores y los que escapaban de Cuba porque no podía respirar en la isla por falta de libertades".

En opinión de algunas de las organizaciones del exilio más tradicional, "es necesario salvar esa ley", porque es "una herramienta muy útil para proteger a los opositores, blogueros y otros cubanos que buscan lo mismo que en su día buscamos nosotros: democracia y libertad para Cuba". 

Se calcula que cada año solicitan beneficios migratorios bajo la Ley de Ajuste Cubano unos 20.000 cubanos: unos 18.000 por vínculos familiares y el resto arguyendo persecución política.

Frente a la posición común de estas organizaciones, otros cubanos residentes en EE.UU. -incluidas algunas voces del exilio tradicional- reconocen que, con las nuevas medidas, la medida podría empezar a dejar de tener sentido.

Ese es el caso del exiliado Wilfredo Allen, uno de los abogados más reconocidos en Miami en materia de relaciones migratorias, quien dijo que, en su opinión, la mayoría de la gente que sale de Cuba lo hace ya por motivos económicos y no políticos o ideológicos.

Además, hay quienes recuerdan que, según datos del Gobierno cubano, antes de que el lunes entrara en vigor esta reforma, las entradas y salidas de cubanos no estaban tan restringidas.

Según los datos que dio el secretario de Consejo de Estado de Cuba, Homero Acosta, cuando anunció estas medidas, en 2011 viajaron a Cuba más de 400.000 cubanos residentes en el exterior, de los que 300.000 residían en EE.UU. 

Además, entre los años 2000 y 2012 se concedió el permiso de salida al 99,4 % de los que lo solicitaron y viajaron al exterior 941.953 personas, de las que 120.275 no regresaron.