La actual recuperación que vive la economía estadounidense tras la crisis financiera, ha dejado a muchos con un gusto a poco, ya que la tasa de crecimiento ha promediado cerca de 2% desde que el país emergió de la Gran Recesión en junio de 2009, muy por debajo del avance promedio de 3,5% que anotó entre 1950 y 2007.
Si bien podría catalogarse como un desempeño deslucido -cuyas causas se encuentran en el profundo daño de la crisis-, de todas formas se rescata un dato positivo: hasta el momento, esta es la tercera expansión más prolongada del país y existe una alta probabilidad de que se convierta en la más larga de su historia.
Según un sondeo de Bloomberg, los economistas atribuyen una probabilidad de 60% de que el actual ciclo -que este mes cumple su octavo año, es decir, ya se extiende por 96 meses- continúe hasta al menos julio de 2019, con lo que superaría a la expansión de 120 meses registrada entre marzo de 1991 y marzo de 2001 (ver infografía).
La cifra se asemeja a un reciente cálculo de Goldman Sachs que asigna una chance de 66% de que ésta sea la fase de crecimiento más extensa de la primera potencia mundial.
"Creo que existe una buena posibilidad de que (el actual período) podría estar cerca de superar esa marca de 120", comentó Sam Bullard, economista senior de Wells Fargo, quien basa su pronóstico en el hecho que este ciclo "no se ha salido fuera de control con burbujas de riesgo en algún sector particular, al menos por ahora".
A su juicio, la economía tiene más espacio para seguir creciendo, "a menos que tengamos un shock exógeno que vuelque a los mercados y a la economía de EE.UU.".
Esta visión es compartida por el equipo de Deutsche Bank, que en un informe publicado la semana pasada afirmó que "creemos que la expansión sí tiene una probabilidad razonable de establecer un nuevo máximo", aunque advirtieron que la racha "podría terminar no mucho después de eso".
¿Recesión en 2019?
El banco alemán explicó que las expansiones no terminan por su antigüedad, sino por tres tipos de acontecimientos: desequilibrios económicos domésticos, shocks internacionales y el ajuste de la Reserva Federal, siendo ésta la causa más frecuente de las recesiones.
Los expertos prevén que la Fed elevará las tasas cuatro veces en 2018 y en tres ocasiones al año siguiente, pero si el organismo se ve forzado a subir los tipos más agresivamente en 2019, es más probable que haya una recesión a fines de dicho ejercicio o en 2020.
Por su parte, Bullard sospecha que en 2019 podría haber mayores opciones de una recesión, aunque no es su proyección oficial.
"Nadie sabe qué podría provocar eso, pero algo aparecerá, siempre sucede", sentenció.