En 1986, cuando el cometa Halley fue visible desde la Tierra, resultó decepcionante, aunque se transformó en hito, al ser el primero al que se pudo tomar imágenes desde sondas espaciales.
Este año, los telescopios en tierra y en el espacio tienen un nuevo objetivo: C/2012 S1 o Ison, sigla para Red Optica Científica Internacional, grupo que lo descubrió en septiembre de 2012; un cometa que puede transformarse tanto en un gran fiasco como en el "cometa del siglo", como ha sido bautizado.
Ison alcanzará su punto de máximo acercamiento al Sol el próximo jueves 28. Estará a 1,2 millones de kilómetros, 100 veces más cerca que de la Tierra, y expuesto a una temperatura de 2.700 °C.
"Podría ser uno de los más brillantes y hermosos cometas desde hace muchos años. Aunque hay un cometa bonito cada década, sólo hay uno fantástico cada siglo. Aún no sabemos si es éste, tenemos que esperar a que esté muy cerca del Sol", dice Emmanuël Jehin, astrónomo del telescopio belga Trappist, ubicado en el observatorio La Silla (Coquimbo), dedicado a seguir objetos y planetas pequeños.
¿Qué puede pasar? El cometa puede desaparecer en el camino, al fragmentarse de tal forma que no sea posible seguirlo; puede evaporarse en su acercamiento al Sol, o sobrevivir y volverse tan brillante que podría ser visto, incluso, a plena luz del día, aunque en el hemisferio norte. "Esas son las posibilidades, pero realmente no estamos seguros de qué pasará", dice el astrónomo Adam McKay, quien lo observa desde el Observatorio Solar Nacional, de Nuevo México, y quien protagoniza el documental El último gran cometa, que exhibirá este lunes el canal NatGeo.
UN COMETA NUEVO
Otra incógnita es saber si será posible verlo otra vez, indica McKay. Pues el cometa, que por ahora es una especie de estrella blanco-verdosa, tiene una trayectoria que, de sobrevivir al paso del Sol, lo expulsaría del Sistema Solar para siempre.
Rolando Dünner, astrónomo de la Universidad Católica e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (Cata), dice que se piensa que Ison es un cometa fresco, que viene cayendo directamente desde la nube Oort (ubicada en los límites del Sistema Solar y fuente de cometas), "por lo tanto, es primera vez que se observa y que pasa cerca del Sol, lo que lo convierte en un gran descubrimiento en si mismo".
COMO VERLO
De sobrevivir su paso por el Sol, Ison podría ser un espectáculo en el hemisferio norte, dicen los especialistas.
Aunque con binoculares o telescopio -y mucha paciencia- podría verse desde Chile, explican. Para ello, el consejo es buscar un lugar en altura, mirar hacia la cordillera a las 5 a.m. del 28 de noviembre con dirección sureste. Mientras más al norte del país esté, más opciones habrá de avistarlo. Incluso, se estima que desde Antofagasta al norte podría ser avistado a simple vista. "En ese momento, a las 5 a.m., cuando se acaba la noche, el cometa está casi a la altura del nivel del mar, pero detrás de la cordillera. A las 5.30 sube un poquito, pero a esa hora ya está subiendo la luz del Sol y el cielo se empieza a iluminar, dejándonos sin la posibilidad de verlo", dice Renán Van De Wyngard, director de la Asociación Chilena de Astronomía y Astronáutica (Achaya).
Otra opción para avistarlo es cuando pase detrás del Sol. Si sobrevive (no se evapora) y se transforma en el cometa brillante que se espera, podría verse también justo después del atardecer, "si la cola es lo suficientemente grande como para verse a ambos lados del Sol", dice Dünner. "La otra posibilidad que nos queda es si se llega a iluminar después del 28 noviembre, y es tremendamente luminoso como se ha dicho, podríamos verlo en la puesta de Sol, a fines de diciembre-enero".
Si eso ocurre, podría ser tan luminoso que sería posible verlo, incluso, de día en algunas zonas del país. "Pero los cometas son muy caprichosos, nunca se sabe qué pueda pasar", agrega.