Un clima de expectación se ha instalado en los últimos días al interior de La Moneda y la Cancillería, frente al fallo que debe emitir la Corte de La Haya respecto de la demanda limítrofe interpuesta por Perú contra Chile.

En diciembre pasado, al término de los alegatos orales ante el tribunal -con sede en la ciudad de La Haya en Holanda-, en ambos países hubo coincidencia en que el veredicto se conocería previo al receso veraniego que los jueces se tomarán el viernes de la próxima semana (19 de julio).

Si bien en la Cancillería mantienen la esperanza de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) pueda dar a conocer el fallo antes de ese plazo, en La Moneda existe conciencia de que, a medida que se acorta la brecha, se amplían las posibilidades de que se postergue el veredicto para septiembre.

Según el análisis de casos anteriores vistos por La Haya, la corte podría informar a los países sobre la fecha en que darán a conocer el dictamen entre 15 y cuatro días antes del fallo, lo que aún no se produce.

En las semanas previas, en el gobierno y la Cancillería sostenían que era usual que el tribunal aprovechara los períodos de audiencia para convocar y entregar fallos de otros juicios.

Incluso, en la reunión que tuvieron el 2 de mayo, en Lima, el canciller Alfredo Moreno y su entonces par peruano, Rafael Roncagliolo, revisaron posibles fechas en julio, justo cuando el tribunal enfrenta un complejo juicio en el que Australia demandó a Japón, por la caza de ballenas bajo pretextos científicos.

Las audiencias sobre el caso se encuentran en su segunda semana (de un total de tres), por lo que el margen de los jueces para deliberar otros procesos es escaso.

Además, La Haya tiene que pronunciarse sobre medidas cautelares presentadas por Costa Rica en el juicio contra Nicaragua, por los trabajos de dragado en el río San Juan. Costa Rica solicitó a la corte que detenga las obras que ejecuta el ejército nicaragüense en la ribera del río antes de emitir un juicio sobre la soberanía de esa zona del delta del río San Juan. Lo anterior, según altas fuentes de La Moneda, hace aún más previsible una posible postergación para septiembre del veredicto.

Al clima de incertidumbre se agrega que, considerando el carácter reservado de esta etapa, ni en Lima ni en Santiago existe conocimiento de si los jueces deliberaron ya sobre el caso o se encuentran en una etapa de redacción del veredicto, que es considerada la etapa previa al anuncio.

Bajo ese contexto, altas fuentes de La Moneda reconocen que una postergación para septiembre podría generar un escenario de mayor "complejidad", por dos razones. Primero, por la proximidad a las Fiestas Patrias, y segundo, por la cercanía a las elecciones presidenciales y parlamentarias que se realizarán el 17 de noviembre, lo que puede significar un riesgo de "politización" del fallo.

En esa línea, desde el Ejecutivo aseguran que -en caso de que La Haya entregue su veredicto en septiembre- se evalúa concretar algún tipo de encuentro con representantes de los distintos partidos y otro con ex cancilleres, para generar un clima de unidad.

En Perú, en tanto, manejaban la misma información. La semana pasada, la canciller Eda Rivas asistió a una sesión secreta en el Congreso de su país, donde, junto a los agentes de Lima que encabezaron la demanda ante La Haya, entregó un informe a los parlamentarios y señaló no haber "recibido una notificación sobre cuándo se va a dar el fallo". Al término de esa sesión, la vicepresidenta de Perú, Marisol Espinoza, anunció que "Chile y Perú deberán esperar hasta septiembre".