Cada vez más personas suben a la montaña, ya sea por salud o turismo. Sin embargo, esta situación está alterando los paisajes típicos de altura con proyectos de construcción, bordes de caminos o rutas de senderismo, entre otros.
Con ello, cambian también las condiciones del suelo y, sobre todo, llegan más especies vegetales exóticas a espacios en los que antes no estaban. Factores como los neumáticos de autos y zapatos de senderismo tienen mucho que ver, lo que sumado al alza de la temperatura, debido al cambio climático, está permitiendo que puedan sobrevivir allí.
Así lo demuestra un estudio binacional, realizado en zonas de latitudes altas: Punta Arenas, en Chile, y Abisko, en Suecia, regiones frías y de montaña con pocas especies de plantas exóticas invasoras.
El experimento fue liderado en Chile por Aníbal Pauchard, investigador de la U. de Concepción y del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), y consistió en subir semillas de especies exóticas a 600 metros de donde ya habitan. Y a esa altura, las especies lograron sobrevivir. "Son zonas frías que se pensaba que no iban a ser invadidas", dice, agregando que incluso podría suceder en la Antártica.
El cambio climático posee un rol activo en esto. El alza de la temperatura en las montañas permite que el ambiente en altura sea favorable para las plantas invasoras, lo que se comprobó en ambos hemisferios. Tanto en Abisko como en Punta Arenas, la remoción de la cubierta vegetal (perturbación) tuvo un efecto positivo en el crecimiento de las especies exóticas.
En ambos hemisferios, luego de probada la hipótesis, las plantas invasoras fueron eliminadas de la zona.
"Son plantas (exóticas invasoras) que ya están abajo, pero en la actualidad pueden o no llegar a la montaña. Pueden subir, si se perturba y se añaden nutrientes", dice Pauchard. "Ya pueden sobrevivir. Si se construyen caminos, más centros de ski, es probable que se establezcan, si a eso adicionas el cambio climático, es más probable que les ayude", agrega.
Control de bioseguridad
El investigador señala que el uso de las montañas está variando y no sólo es productivo, sino que es cada vez más turístico, y durante todo el año. Debido a esto último, hay un aumento en el número de semillas exóticas que viajan en los zapatos de turistas que pueden venir de Europa y Norteamérica.
Con todo, Pauchard señala que hay que seguir haciendo turismo, pero tomando medidas de bioseguridad, lo que incluye la limpieza de los zapatos, ropa y equipamiento, como ya se hace en Nueva Zelanda. "En Chile sólo existe el control de frontera, pero habría que agregar controles de bioseguridad en las montañas, vigilar que no lleguen especies exóticas, prevenir y erradicar tempranamente, sacando manualmente o con herbicidas", sostiene.