Una llamada del Presidente Sebastián Piñera a Patricia Pérez selló ayer en la tarde -minutos antes de la ceremonia de juramento- su nombramiento como nueva ministra de Justicia en reemplazo de Teodoro Ribera.
La hasta ese entonces subsecretaria -abogada de la Universidad de Valparaíso, casada, sin hijos- prometió en una sencilla ceremonia encabezada por el Mandatario en el Salón Pedro de Valdivia de La Moneda, y a la que también llegó el saliente ministro Ribera.
En la ocasión, Pérez estuvo acompañada de su marido y recibió las felicitaciones de un grupo de ministros presentes, entre los que destacaron la vocera de Gobierno, Cecilia Pérez; la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, y el titular de Economía, Pablo Longueira.
En la ceremonia, sin embargo, destacó la ausencia de dirigentes de la UDI -con excepción del vicepresidente, Iván Moreira- y de la plana mayor de RN, donde se comenzaba a desatar una crisis.
A pesar de que Pérez es reconocida como una independiente cercana a algunas figuras relevantes de ese último partido, como la jefa de asesores del segundo piso, María Luisa Brahm, y al ex titular de Justicia y actual embajador en Estados Unidos, Felipe Bulnes, en RN resintieron su nombramiento.
Fuentes de la colectividad afirmaron que si bien la principal razón de la molestia de RN fue la falta de injerencia en su nominación, en esa colectividad también se resiente su fuerte red de contactos y buenas relaciones en la Concertación.
Además, a lo largo de su carrera, Pérez ha mantenido un perfil marcadamente técnico. Es experta en la reforma procesal penal con un magíster de Derecho Penal y Ciencias Penales, y será justamente el perfeccionamiento a esta reforma uno de los proyectos clave que deberá impulsar.
Hasta ser nombrada por el Presidente Piñera en la subsecretaría, en 2010, no había ejercido cargos de carácter político. Pese a ello, su gestión en la subsecretaría había sido bien evaluada en La Moneda y había sonado en ajustes ministeriales anteriores para reemplazar a Ribera.