Un mapa elaborado por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) con los niveles de liberación de energía del terremoto del 27 de febrero provocó revuelo al identificar dos zonas de grandes movimientos: al ubicado en la costa frente a Conquecura, se agregó otro en las cercanías de Curicó.

Esta información instó a muchos a pensar que el sismo pudo haber tenido dos epicentros o que se tratara de un movimiento simultáneo: un doble terremoto. Sin embargo, Gavin Hayes, investigador del USGS y autor del mapa, descarta ambas hipótesis y explica que este fenómeno no significa nada inusual y es común cuando ocurren eventos de esta magnitud.

"El caso del terremoto chileno puede describirse como un solo sismo con múltiples pulsos de energía liberada", dijo el científico a La Tercera. Así puede explicarse que el daño se haya extendido por una gran zona territorial. Agregó que este fenómeno también ocurrió en el terremoto de 1960.

"Las zonas marcadas en rojo corresponden a 'asperezas', que son áreas de gran flujo de energía ocurridas durante el terremoto", explicó Hayes. Estas zonas corresponden a partes de la placa que, antes del terremoto, se encontraban completamente estancadas, y con la energía del terremoto terminaron separándose y liberando gran cantidad de energía.