"No hay ningún sistema educativo perfecto, ni en EE.UU., Singapur o Finlandia". Esta es una de las tantas conclusiones a las que ha llegado Karthik Muralidharan, un economista de la Universidad de California (San Diego), que nació y se educó en India, pero también en Harvard y Cambridge. Muralidharan es experto en políticas educativas y en el tema de incentivos a los docentes. De visita en Chile para participar hoy en el seminario "Pago a profesores por desempeño", organizado por el Centro de Políticas Públicas de la U. Católica y el centro de investigación J-PAL, este académico conversó con La Tercera y se mostró de acuerdo con el fin del copago y la selección que plantea la reforma educacional, aunque dio sus recetas y advertencias.
Los profesores son una pieza clave del proceso educativo. ¿Qué resultados pueden tener los sistemas de incentivos?
Hay muchos programas de incentivos a profesores que están mal diseñados, porque no se preocupan de los detalles. Le daré un ejemplo. En una sala de clases de 100 alumnos, si medimos a los profesores según quienes aprueban o no un examen, un profesor no invierte tiempo en los mejores alumnos, porque de todos modos pasarán los exámenes. Tampoco en los alumnos con bajo rendimiento, porque supuestamente es difícil hacerlos mejorar. Entonces se concentra en quienes están cerca del límite de aprobación. Pero esto no tiene ningún resultado. El incentivo debería estar puesto en el avance de cada niño, independientemente de si es un buen o mal alumno. Eso sí que tiene efectos positivos.
¿Cómo se logra establecer un sistema objetivo de medición de desempeño para los profesores?
La educación es un proceso que toma años. Los resultados de los profesores no pueden medirse sólo sobre la base de una prueba. El incentivo debe darse por las mejoras, no por el nivel de logro.
¿Cuál sería la mejor manera de dar incentivos a los profesores?
Hay tres claves: el capital humano de los profesores, el proceso educativo y los resultados para mejorar el aprendizaje. Con capital humano me refiero a las credenciales de los docentes. Los médicos deben pasar exámenes cada 10 años y suelen estar al día, pero esto no ocurre necesariamente con los profesores. Los docentes dan exámenes cuando tienen 22 años y luego se olvidan. Ellos podrían dar exámenes cada 10 años. Es un cambio cultural difícil.
En California, las restricciones al despido de los profesores llegaron a la justicia. ¿Qué ocurrió?
Los sindicatos de profesores son muy fuertes. Eso hace que sea imposible despedir a alguno por mal desempeño. Lo que la corte está haciendo es que no sólo se puede considerar el interés del profesor, sino que los derechos de los niños a tener una buena educación.
Usted ha estudiado el tema de los vouchers por alumnos...
Chile es prácticamente el único país que tiene este sistema de voucher, implementado por Pinochet. El resto de los países no tiene este sistema. En EE.UU. tenemos un sistema público basado en la escuela del barrio. Pero lo que ocurre es que esto depende del precio de las casas. Las áreas donde hay buenos colegios son tan caras, que no todos pueden asistir ahí, lo que genera segregación.
¿Cuáles son los problemas que visualiza en el sistema de voucher?
Hay muchos problemas. Uno de los más importantes es la selección, que transforma a los colegios en clubes, y esto genera segregación.
La reforma educacional chilena plantea el fin del copago, de la selección y el fin del lucro...
La no selección es totalmente correcta. El problema es que cuando los colegios comienzan a segmentar, se transforman en un club perfecto que puede mantener su prestigio, pero esto no reduce la inequidad. Las escuelas de elite no son mejores porque tienen mejor educación, sino porque seleccionan a sus alumnos. Cuando se diseña un nuevo sistema, se debe minimizar la selección y maximizar el producto.
¿Y con el copago?
Estoy de acuerdo con que se termine, aunque se deben hacer excepciones si los colegios son especiales en cuanto a deportes o música, por ejemplo. El copago sólo puede terminarse si el Estado invierte lo suficiente en educación, si es que se aumenta el monto del voucher. En cuanto al lucro, soy agnóstico, porque no existe evidencia sobre su impacto negativo.
¿Hay alguna receta para implementar la reforma educacional, que significará un importante cambio al sistema?
Potencialmente, es una buena propuesta. Pero no debería aplicarse de inmediato a todo el país. Debería comenzar primero, a modo de prueba, sólo en unas 20 o 30 escuelas, ver qué funciona y escalarlo. Así podremos aprender en el camino y tendremos la posibilidad de corregir errores antes de llevarlos a nivel nacional. Si se aplica simultáneamente a todo el país, podría ser un desastre.
¿Hay algún modelo educativo que merezca destacarse?
En Estados Unidos tenemos un sistema que es el mejor a nivel de excelencia académica, pero en promedio es muy malo.
En Vietnam hay un muy buen sistema público, pero que no logra la excelencia. Y en India tenemos un sistema que es pésimo, pero a la vez se logra que una elite acceda a las mejores universidades.