Cuando estaba en la universidad, el estadounidense Michael Traugott vio un aviso que buscaba encuestadores. Desde entonces, nunca más abandonó los estudios de opinión pública y a los pocos años ya era asistente de George Gallup, pionero del desarrollo de esta industria. Traugott -profesor de la Universidad de Michigan, investigador del Institute for Social Research (ISR) y uno de los mayores expertos mundiales en el estudio de la opinión pública- estuvo en Chile esta semana, invitado por el Centro de Estudios Públicos (CEP).

En Chile, varias encuestas previas a la elección municipal fallaron. ¿Es efecto del voto voluntario?

En realidad, no se puede saber con exactitud cuánto influyó. Cuando la mayoría de la población vota, no hay problemas, pero cuando la participación baja a casi el 40%, es más complicado hacer predicciones. Las democracias enfrentan el problema de que las conductas de los votantes están cambiando, mientras los encuestadores todavía no encuentran una forma certera de saber quién votará.

¿Cómo se soluciona?

Invirtiendo en investigación. Lo que se ha hecho es establecer un grupo de referencia y clasificar a sus miembros entre los que votarán seguro, los que no y los que probablemente lo harán. Tras la elección, se comprueba quiénes realmente lo hicieron. Así, se puede ver si este modelo de predicción funciona o cómo se puede mejorar. Estas investigaciones requieren tiempo y dinero, pero son útiles.

¿Se puede confiar en las encuestas políticas, considerando las fallas que han tenido?

Sólo si se sabe en detalle cómo son hechas. En esto hay que seguir avanzando. Cada año, en todo el mundo las encuestas aumentan en profundidad y certeza, sobre todo las hechas a nivel nacional.

¿Qué opina del uso de las encuestas en la prensa?

Los medios tienen que ser muy responsables, ya que si bien éstas pueden ser presentadas como la "opinión de la gente", es en realidad una muestra de un cierto grupo de ciudadanos que responden a un determinado tipo de preguntas. El peligro es que el público cree que el resultado, al ser respaldado por un medio, es un hecho objetivo, la "verdad" (...). Muchos medios incluyen a un experto independiente que interpreta y valida los datos.

Se critica que las encuestas dañan a la democracia porque los políticos se rigen mucho por ellas.

El objetivo de la democracia es que los ciudadanos sean representados, y las encuestas permiten saber qué piensa y demanda la gente. Cada vez hay mayor confianza en los sondeos serios y se reconoce que permiten entender en forma más certera e inmediata los deseos de los ciudadanos. Los políticos y las empresas los utilizan para definir sus estrategias.

¿Se da que los políticos transen convicciones y asuman posturas en función de su popularidad?

Es un mito decir que los políticos gobiernan con las encuestas. Al contrario, diversos estudios han demostrado que las usan como referencia, y para justificar y presentar mejor sus decisiones. Esto no quiere decir que algunos efectivamente hagan política basándose únicamente en las encuestas. Todavía existe la disyuntiva de si los políticos deben seguir exactamente lo que la gente pide o, por el contrario, ejercer su liderazgo y tomar medidas, pese a su impopularidad.

Pero no es raro que los partidos cambien candidatos en función de lo que éstos marcan.

La política es el ejercicio del poder y la forma de lograrlo es ganando las elecciones, por lo que es razonable que se opte por un candidato más competitivo. Lo que es deshonesto es cuando se reemplaza a un candidato que tiene posturas impopulares por otro cuyas ideas marcan más en las encuestas. Eso significaría que no lo están cambiando por alguien que podría sacar más votos, sino que por ideas más "vendedoras".

¿Las primarias hacen más representativa a la democracia?

Esa es una pregunta complicada... El valor de las primarias es que permiten que cualquier persona pueda ser candidato y en general ayudan a escoger postulantes representativos. El problema es lo que sucede en las primarias norteamericanas, en las que la participación ciudadana es muy baja, por lo que es muy fácil que logren ser nominados candidatos que tienen posturas minoritarias. Y cuando vota poca gente, ganan influencia los votantes de extrema derecha o los muy liberales, puesto que son más disciplinados y se movilizan para votar por los candidatos que representan sus ideas. En Estados Unidos, esto ha tenido graves consecuencias para los republicanos, ya que en las primarias han triunfado candidatos extremistas y poco competitivos en las elecciones generales. Eso pasó con el Tea Party, que, aunque es minoría, ha movido al partido hacia la derecha.

¿Son dañinas entonces?

Es el precio de la democracia. En general, prefiero que los candidatos se elijan en una primaria antes que lo designen los líderes del partido entre cuatro paredes. En EE.UU. no se previó el daño que producirían movimientos de activistas como el Tea Party, pero ése es el precio a pagar.

¿Cuál es el rol de los sondeos en las primarias?

Parecido al de las elecciones generales, sólo que es aún más difícil la predicción, puesto que es más complejo saber cuántos y quiénes votarán.