Lanzado en febrero pasado, el libro Las Guerras de Putin: el ascenso del nuevo imperialismo de Rusia, del investigador holandés Marcel H. Van Herpen, "predijo la agresión rusa contra Ucrania", según coincide la prensa europea. En efecto, al mes siguiente el Kremlin anexionó a su territorio la península de Crimea, desatando la inmediata condena de Occidente. En esta entrevista con La Tercera, Van Herpen, director de la Fundación Cicero, un think tank con base en Maastricht y París dedicado a temas de integración europea, y también autor del libro Putinismo: el lento ascenso de un régimen de derecha radical en Rusia (2013), manifiesta su preocupación por las actuales tensiones entre Kiev y Moscú. El Presidente ruso, Vladimir Putin, "considera la reconstitución del imperio ruso su vocación de su vida, sin importar el costo. Europa no lo detendrá", vaticina.
¿Qué significa que Putin se refiera a Ucrania del Este como "Nueva Rusia" o "Novorossiya"?
Novorossiya es el nombre dado por la zarina Catalina la Grande a las partes del este y del sur de Ucrania -incluyendo Crimea- después de su incorporación a la Rusia zarista en el siglo XVIII. Putin utiliza este término para indicar que durante dos siglos estas provincias fueron parte del imperio ruso y que, por lo tanto, su pérdida en 1991 al nuevo Estado ucraniano no fue legítima. Sin embargo, el territorio no fue "robado". Se hizo independiente por una decisión de los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia en diciembre de 1991. Rusia confirmó la independencia de Ucrania una vez más en 1994, cuando Ucrania renunció a su arsenal de armas nucleares. Es claro que el nuevo irredentismo ruso es inaceptable. Si esto fuera aceptable, Alemania podría exigir la devolución de Alsacia-Lorena de Francia o Hungría podría demandar territorios de Rumania y Eslovaquia. Las reclamaciones históricas son siempre demandas peligrosas, son transgresiones del derecho internacional existente y, al final, conducen a guerras sangrientas.
El Kremlin parece mostrar poco interés en desescalar el conflicto en Ucrania. En su opinión, ¿qué pretende Putin con toda esta ofensiva?
Cada vez que Putin anuncia una desescalada, él está de hecho preparándose para una escalada. Desafortunadamente, los líderes occidentales tienden cada vez a creerle. La reunión en Minsk con el Presidente de Ucrania Poroshenko fue entendida como una "desescalada". De hecho, inmediatamente después de la reunión comenzó la invasión de Ucrania por soldados rusos regulares (aunque sin signos de identificación). La intención de Putin no debe ser subestimada: quiere reincorporar toda Ucrania. Su estrategia, sin embargo, es una ocupación lenta, gradual, ocupando paso a paso las partes del territorio de Ucrania. Su objetivo final, sin embargo, no es sólo conquistar las provincias orientales y meridionales, incluyendo el puerto de Odessa, sino conquistar también Kiev y la parte occidental. (El sabe que la parte occidental que permanezca independiente será muy hostil e inmediatamente se unirá a la OTAN). Ahora él ha llegado a un punto de no retorno y va a continuar, pese a lo que Occidente pueda hacer y Occidente no está haciendo mucho por el momento. Esto creará una situación altamente peligrosa, no sólo para Ucrania, sino también para el resto de Europa.
Putin afirmó que las fuerzas rusas "podrían conquistar la capital de Ucrania en dos semanas" y luego dijo que "Kazajistán nunca tuvo la condición de Estado". ¿Es sólo retórica? ¿Cuál es el objetivo último de Putin con su desafío a Occidente?
Estos comentarios no son retórica, sino que ofrecen una visión inesperada sobre el cerebro de Putin. El primer comentario fue hecho en una llamada telefónica con Barroso, el saliente presidente de la Comisión Europea. Debe ser visto como una clara amenaza y, al mismo tiempo, como un desafío: Putin quiere probar cómo reacciona "Europa". La amenaza, sin embargo, es seria. Moscú de hecho podría invadir Ucrania y llegar a Kiev en dos semanas. ¿Qué haría Europa? Obama ya ha excluido una respuesta militar. Un gran error estratégico: un comandante en jefe nunca dice antes lo que va a hacer o no hacer. En cuanto a Kazajistán, este país también está en la lista de deseos de Putin, pero aquí puede ser más paciente porque el presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, se ha unido a la Unión Euroasiática y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (organización militar del Kremlin). Sin embargo, Nazarbayev tiene sobre 70 años y saldrá de la escena política en algunos años. Ese será un momento de verdad para Kazajistán y un retorno forzado al seno de la madre Rusia no se puede excluir.
La estrategia de Occidente parece no estar funcionando, ya que las sanciones contra Rusia no han tenido mucho efecto. ¿Quién puede detener a Putin? ¿Cómo?
Las sanciones, de hecho, no detendrán a Putin, quien considera la reconstitución del imperio ruso su vocación de vida, sin importar el costo. Europa no lo detendrá. Me siento avergonzado de vivir hoy en Europa. En este mismo momento que los soldados ucranianos son asesinados por los invasores rusos, el gobierno francés está entrenando a 400 marineros rusos para manejar el portahelicóptero Mistral que ha vendido al Kremlin. ¡Es una lástima! En circunstancias normales, el Presidente de Estados Unidos actuaría como el líder del mundo libre, pero la presidencia de Obama se caracteriza por una total falta de visión estratégica. Debemos salir del paso y esperar que salga algún resultado positivo tras la cumbre de la OTAN en Gales.
David Cameron comparó el dilema de Occidente con Putin a las relaciones entre el entonces primer ministro británico, Neville Chamberlain con Adolf Hitler en Munich en 1938, cuando el apaciguamiento anglo-francés alentó al líder nazi para lanzar la Segunda Guerra Mundial el año siguiente. ¿Existe hoy el riesgo de una guerra con Occidente?
Cameron tiene razón. La similitud con los años de 1930 es notable. Vemos el mismo apaciguamiento que hubo durante la conferencia de Munich cuando Chamberlain cedió ante Hitler y lo dejó ocupar Checoslovaquia. Sobre esta similitud entre la Rusia de Putin y los regímenes fascistas de la Interbellum (período de entreguerras) he escrito en mi libro Putinismo: el lento ascenso de un régimen de derecha radical en Rusia. Yo predije hace tres años una fascistización adicional del régimen de Moscú. Por desgracia, los hechos han demostrado que estaba en lo cierto. Más bien hubiera preferido no estarlo.