Licenciado en Administración y Finanzas por la Universidad Panamericana (México) y doctor en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma), el sacerdote mexicano de la prelatura del Opus Dei, Cristián Mendoza, es profesor de la Facultad de Comunicación Institucional de la Iglesia en esta última casa de estudios, donde imparte un curso sobre la Dimensión Económica en la Iglesia. De visita en Chile, este experto en temas económicos del Vaticano conversó con La Tercera sobre los cambios que el Papa Francisco lleva a cabo en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco del Vaticano.

A su juicio, ¿cuánto daño han causado los pasados escándalos del IOR en la imagen de la Iglesia?

Los escándalos que ciertamente hubo hace algunos años fueron situaciones que afectaron el prestigio y la imagen de la Iglesia, porque de alguna manera a la Iglesia se le exige que sea una institución que sea mucho más pura que una empresa. Y es lógico, porque persigue fines espirituales. Ahí el punto clave es hacer notar que las instituciones no se corrompen, se corrompen las personas.

¿Cómo ve los recientes nombramientos del cardenal George Pell y monseñor Alfred Xuereb a cargo de la nueva Secretaría de Economía del Vaticano?

El nombramiento del cardenal Pell es muy importante, porque es una persona que ha sido muy fiel a la Iglesia en momentos de mucha dificultad. No podemos olvidar que él forma parte de estos ocho cardenales que asesoran al Papa. Xuereb, por su parte, era el secretario del Papa, una persona de total confianza, un hombre que tenía un gran cariño por Benedicto XVI y que le tocó ver cómo éste había transmitido una gran verdad y transparencia en la organización de la Iglesia.

¿Cómo se está manejando la transparencia?

Este es el punto importante. Ya el Papa Benedicto XVI y ahora el Papa Francisco están empujando por decir "tenemos que explicar lo que tenemos" y "tenemos que explicar por qué". Sin embargo, la transparencia tiene que estar vinculada con la sustancia. La Iglesia no es una empresa. Va a demostrar lo que tiene porque quiere hacerlo, pero no lo va a hacer quizás a la manera de una empresa y quizás no llegue a satisfacer nunca a muchas personas que les gustaría, en cambio, ver informes y balances.

El presidente del Consejo de Vigilancia del IOR, Ernst von Freyberg, ha dicho que la institución "no es un banco". ¿Cuál es la necesidad entonces de someterse a estándares de bancos comerciales de Europa?

La necesidad es la importancia de hacerse entender. Porque no basta hacer las cosas bien, sino también explicar que las haces bien. No podemos olvidar que ya el Papa Benedicto XVI hizo mucho por cerrar cuentas de banco que no estaban allí por las misiones.

¿Cuál cree que será el destino del IOR?

Si el IOR es necesario para las misiones, entonces tendría que mantenerse. Si, en cambio, todo puede hacerse a través de la banca comercial, quizás decidirán cerrarlo. Pero es una decisión que corresponde a las personas que están allí estudiándolo.