"Hay que entender que siempre vamos a vivir duelos, es parte de la vida y esto nos sirve para reconstruir nuestra propia historia". Con esas palabras el sicólogo norteamericano Robert Nieyer -que se ha especializado en tratamientos para superar duelos traumáticos- inicia una serie de consejos prácticos para poder recomenzar luego de una situación tan límite como la muerte de un hijo, los femicidios o tragedias tan terribles como las que vivieron las familias de los soldados de Antuco.

Aunque no estamos conscientes en nuestro diario vivir de esta premisa, es importante entender que la muerte es un proceso natural del ciclo de la vida, y que de una u otra manera siempre nos veremos enfrentados a ella. "Debemos comprender que esta profunda pena es parte de la experiencia humana", señala Marco Antonio Campos, director de la Sociedad de Psicoterapia Constructivista.

REORGANIZAR LOS RECUERDOS
Según el sicólogo Robert Nieyer, quien ha escrito más de 15 libros relacionados al tema, una de las claves para poder superar la muerte de un ser querido es aprender de la pérdida y comprender que el proceso del duelo es la transformación de la relación más que la desaparición de este vínculo.

"El duelo es un proceso de introspección, aislamiento y de separación incluso de nuestra vida social, pero también es una oportunidad para experimentar posibilidades nuevas en la vida. En ese sentido, el duelo puede ser un proceso de metamorfosis entre dos formas de vivir, siendo una oportunidad para desarrollar más capacidades como seres humanos", señala el sicólogo, añadiendo además que este tipo de situaciones se transforman en un reto que puede reorientar nuestra forma de ver el dolor y cambiar la forma de enfrentar la vida.

Para ello, hay tratar de reconstruir el significado del recuerdo del ser querido, cambiando el vínculo físico a uno más simbólico, sicológico o espiritual. En este sentido son importantes rituales como conservar imágenes, realizar servicios religiosos y más importante aún es conversar con familiares o amigos de este proceso, pues aunque el duelo es una vivencia personal, compartir con otros ayuda a superarlo.

"La muerte puede parar una vida, pero no puede parar una relación que continúa más allá de los límites de la vida literal", puntualiza Nieyer.

SINTOMAS DE UN DUELO TRAUMATICO
Vivir la experiencia del fallecimiento de un cercano es algo que afecta a nivel sicológico, emocional, corporal y social. Sentimientos de culpa y soledad son procesos normales que hay que vivir, pero cuando estas sensaciones superan los seis meses o incluso un año donde no se ven cambios en la actitud ni en los estados de ánimo, es necesario buscar ayuda sicológica, pues podría tratarse de un duelo crónico, según explica el sicólogo Robert Nieyer.

"No es decir que a los 6 meses todo esté bien, pero un efecto positivo es si poco a poco comienza a integrar esta pérdida, y no solamente sufrirla. A veces las personas logran un crecimiento personal después de la pérdida, y después de meses o años, puede experimentar empatía con otros que han sufrido este tipo de situaciones o desarrollan un sentido de madurez y fortaleza por esta experiencia", declara el profesor de la Universidad de Memphis.

Además, un aspecto a tomar en cuenta es cómo una persona enfrenta la muerte violenta o inesperada de un ser querido. Tal como lo explica el sicólogo Marco Antonio Campos: "las respuestas varían de persona a persona y de acuerdo a la propia vulnerabilidad, modelo de sí mismo y creencias del deudo. En general la gente más dependiente tiende a ser más afectada experimentando desorientación, desamparo, incredulidad e inseguridad".