"Llevamos alertando desde hace semanas de este nuevo modus operandi que va a llevar a cabo el Estado Islámico en Europa", declaraba David de Caixal, director general en España de la consultora israelí-estadounidense en temas de terrorismo Secindef, un día después del atentado ocurrido el 14 de julio pasado en Niza, cuando un yihadista arremetió contra una multitud durante los festejos del Día Nacional de Francia, dejando 85 muertos. Y tras el ataque del miércoles en Londres, De Caixal advierte en esta entrevista con La Tercera que "si no empezamos a endurecer nuestras políticas de seguridad, la situación se va a complicar mucho más".
¿El gobierno británico calificó al autor del ataque de Londres como una "figura periférica". ¿A qué se refiere con ese calificativo?
Se refiere a que no está vinculado a ninguna célula y que se ha radicalizado de forma exprés, sin contacto con ningún reclutador o captador del Estado Islámico.
¿Cómo se explica esta nueva estrategia del Estado Islámico de usar vehículos y cuchillos?
Debemos recordar que el grupo yihadista informó en noviembre de 2016 a sus seguidores de las características de los vehículos a utilizar en los atentados y cuáles eran los objetivos a atacar. Es una nueva arma, mucho más difícil de controlar por los servicios de inteligencia o policiales a la hora de evitar un atentado de grandes dimensiones por la logística, el financiamiento o la obtención de armas de combate en el mercado negro. Los últimos atentados como el de Niza o Berlín con vehículos nos están demostrando -y desde los análisis de Secindef hemos venido alertando- que se está modificando el modus operandi y que en Europa tenemos miles de perfiles radicalizados que no han ido a combatir a Siria e Irak y pueden activarse en cualquier momento, sin olvidarnos de los miles que han cruzado a través de los refugiados como un Caballo de Troya. Según las investigaciones de Ely Karmon de Israel, habría más de 22.000 extremistas del Estado Islámico en Europa. Los terroristas se mezclan con el flujo de refugiados en las ciudades portuarias turcas de Esmirna y Mersin, de donde parte y atravesando el Mediterráneo llegan a Italia. Luego los terroristas se dirigen a otros países europeos, como Alemania o Suecia.
¿Cuánto más difícil se hace para los servicios de inteligencia desbaratar los atentados con este nuevo modus operandi?
Está claro que estas nuevas tácticas complican y ponen más difícil la tarea de las fuerzas policiales y de los servicios de inteligencia a la hora de poder detectar y prevenir estos nuevos atentados de "bajo costo". En los próximos meses veremos atentados muy similares y con este nuevo modus operandi, utilizando en gran medida y no solo de forma puntual, sino de forma coordinada, atentados con vehículos en zonas estratégicas de grandes ciudades. Los terroristas llevan a cabo las nuevas técnicas en Israel como campo de pruebas y luego las ponen en práctica en Europa. Israel está aprendiendo rápido y evita este tipo de actuaciones terroristas, pero en Europa si no empezamos a endurecer nuestras políticas de seguridad, la situación se va a complicar mucho más.
¿Cree que las autoridades europeas no están haciendo lo suficiente para enfrentar esta amenaza?
Por desgracia las políticas del "buenísmo" que se están llevando a cabo en Europa nos han debilitado ante el terrorismo islámico, ya que la implementación de la sharia en muchos barrios de ciudades europeas de Reino Unido, Holanda, Bélgica, Alemania y en España -como en Cataluña, con más de 10.000 perfiles radicalizados- nos ponen en una complicada situación de imposibilidad de poder frenar esta radicalización en Europa, si no llevamos a cabo políticas mucho más duras contra la radicalización islámica del terrorismo de fractura social. El problema no es que no sepamos integrarlos en nuestra sociedad, sino que poco a poco nos están integrando ellos a nosotros.