Hace cinco años, obtener la licencia de conducir era casi un trámite. Según cifras del Ministerio de Transporte, en ese momento el 95% de las personas que postulaban obtenían el permiso. Debido a esto, en 2012, se buscó aumentar la dificultad de la prueba, para que la tasa de aprobación se redujera a la mitad y así mejorar la calidad de los conductores.

En España, varios años, antes se había planteado una discusión similar. ¿Cómo corregir, a través de la obtención del carné de conducir, el manejo irresponsable? Su fórmula fue mucho más radical: convertir la licencia en una especie de "crédito", que cada conductor debe administrar.

Una década después, las muertes en accidentes de tránsito se redujeron a menos de la mitad. De 4.442, en 2005, pasaron a 1.688, en 2016.

Peré Navarro, ex director general de tráfico de España e invitado al encuentro Mutual Summit 2017, sobre seguridad y salud en el trabajo que organizó la Mutual de Seguridad CChC, fue quien implementó este sistema. Navarro explica que en 2004, el gobierno de su país estableció a la seguridad vial como una de sus prioridades, "fue la primera vez en que todos los partidos políticos en sus programas electorales llevaban propuestas para hacer frente a la siniestralidad del tránsito. Por primera vez, estaba instalado el tema en la agenda política".

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Peré Navarro, ex director general de tráfico de España

Peré Navarro, ex director general de tráfico de España.[/caption]

El modelo español consiste en que todos los conductores parten con un total de 12 puntos, excepto los noveles (con menos de tres años de experiencia), que se inician con 8. Estos puntos o créditos se van perdiendo, según el conductor cometa alguna de las 27 infracciones que detalla la ley española. En el caso de que un conductor gaste todos sus puntos, pierde la licencia y debe superar un curso de reeducación y una prueba teórica. Si aprueba, obtiene un nuevo carné con ocho puntos.

"El permiso de conducir es como un crédito que la sociedad te otorga para manejar, y en la medida que tú infringes la seguridad vial, la sociedad te va retirando el crédito", señala Navarro.

En toda Europa

El sistema de puntos ya funcionaba con éxito en otros países europeos, entre ellos, Reino Unido, Francia y Alemania. De todas formas para habituar a los españoles se acompañó su implementación con una fuerte campaña de difusión. "Pusimos a las víctimas en el centro. Les dimos cara y voz para expresar el drama de lo que puede provocar un accidente de tránsito", cuenta.

Navarro añade que, además de generar una mayor conciencia en los conductores, el carné de conducir por puntos también se percibió como una medida igualitaria. "La sanción económica al rico le afecta poco y al pobre le afecta mucho, pero los puntos eran iguales para todos. En los cursos de reeducación está el famoso y el hijo de vecino, juntos en igualdad de condiciones", afirma.

Además, dice el experto, cambia la perspectiva sobre quién debe hacerse cargo de la problemática de los accidentes de tránsito. "Ya no es responsabilidad solo del gobierno, son sus puntos, usted los administra, usted los gestiona". En este sentido, ser cuidadoso se vuelve una preocupación más concreta para los conductores: "Cuando pierdes la mitad de los puntos, te llega un escrito que te lo advierte y debes hacerte cargo", dice.

Modelo en Chile

Respecto de la situación chilena, afirma que el país es referente en Latinoamérica y puede instalar un sistema similar.

Según datos de Carabineros, en el primer semestre de 2017 hubo 42.580 accidentes y 32.437 lesionados. La mayoría de los siniestros fue por conducción irresponsable. "Nosotros teníamos 15 muertos cada día por siniestros de tránsito; estamos hablando de 128 muertos por millón de habitantes. Ustedes ahora están en 92, o sea, mejor de lo que estábamos nosotros cuando implementamos el sistema", afirma Navarro.

Jaime Bravo, experto en seguridad vial, cree que sería difícil implementar un modelo así en el país. "El sistema español en Latinoamérica ha fracasado", indica, argumentando que este tipo fórmulas requieren de tres elementos esenciales: "Una interconexión al instante de todas las hojas de vida de todos los conductores; una policía idónea, que Chile tiene, y centros de recuperación de puntos accesibles para la gente".

El experto, agrega que se requieren cambios conductuales. "Los conductores tienen que asumir, que si quieren tener una licencia de conducir, tienen que cumplir la ley. Por primera vez en los últimos tres años se está aplicando un examen práctico y de tránsito más intenso (...) Hoy día el rechazo para la primera licencia ya supera el 40% y antes no superaba el 1%. Esa es la realidad y no podemos correr sin antes caminar".