Las recientes cifras entregadas en cuanto al Censo 2012 y el uso de tecnologías básicas por parte de los usuarios chilenos reflejan perfectamente que en esta áream "aún somos una sociedad en transición", según explica el sociólogo de la Universidad mayor, Nelson Morales. Para él, las cifras pueden apreciarse desde dos perspectivas distintas: una, en la que los niveles de alfabetización son bajos teniendo en cuenta a una sociedad global; y otra mucho más optimista, donde a diez años del último censo son varios los aspectos a considerar, y las estadísticas actuales demuestran que falta mucho por mejorar, pero que esperar una transformación a corto plazo es difícil.
Su análisis se centra en las políticas públicas en relación a la informática y el acceso a las tecnologías, no sólo de Internet sino que en los distintos dispositivos como smartphones, notebooks y tabletas: "Recordemos que hace sólo 20 años había que hacer una lista de espera para un teléfono fijo", indicó.
Por ello, depende de las políticas públicas reducir la brecha entre la alfabetización digital y quienes aún tienen problemas para acceder a estas tecnologías. No sólo hay diferencias generacionales sino que también económicas, donde la gente mayor y de menos recursos tiene una menor calidad de vida: "una cosa es enviar un mail y la otra es aprovechar completamente las opciones que entrega internet", afirma.
Para explicarlo, el experto lo ejemplifica con aplicaciones para smartphones: "si quiero saber si hay un taco en la carretera, puedo hacerlo en línea. Si quiero conocer a qué hora viene el próximo bus del Transantiago, también". Además, está el miedo natural de la gente a las nuevas tecnologías, ya que al ser desconocidas generan un proceso diferenciatorio que a largo plazo, justifican el temor de cierto sector de la población. Esto puede verse fácilmente en el número de transacciones monetarias que se realizan por la red, que involucran un lenguaje nuevo y un espacio nuevo en donde muchos no se sienten cómodos.