Expertos pusieron en duda el testimonio del médico Conrad Murray, acusado de homicidio involuntario por la muerte de Michael Jackson, sobre la dosis de propofol que causó el deceso del "rey del pop", informaron ayer medios locales.

En declaraciones a la policía tras el fallecimiento del cantante, Murray dijo haber inyectado a Jackson una pequeña cantidad (2,5 mililitros) del calmante.

Sin embargo, el anestesista John Dombrowski, miembro de la American Society of Anesthesiologists, indicó a la web TMZ que esa dosis no habría sido suficiente ni para forzar el sueño.

El informe del forense constató, a su vez, que el "rey del pop" tenía en su cuerpo restos de propofol equivalentes a los que se emplean para conseguir una "anestesia general para una cirugía grave".

Mientras, la autopsia confirmó que Jackson murió el 25 de junio de 2009 por una intoxicación aguda de fármacos, principalmente propofol.

Murray fue acusado formalmente en febrero pasado de homicidio involuntario por la muerte de Michael Jackson y quedó en libertad bajo fianza en espera del juicio que comenzará el 5 de abril en Los Ángeles.