El escenario energético  para  los próximos seis meses se vislumbra poco auspicioso. Con los embalses para generación eléctrica en su menor nivel de los últimos 10 años, para 2011 se vislumbra mayor estrechez de suministro de energía y altos costos eléctricos.

Ante este escenario, la consigna de los privados es una sola: hay que cuidar la energía y establecer campañas de ahorro similares a la de 2008, cuando ocurrió la última sequía y se estaba en plena crisis del gas natural.  

"Efectivamente, el sistema estará más apretado y una medida que debería evaluarse es ofrecer estímulos para que los usuarios reduzcan su consumo energético", afirma Vivianne Blanlot, consultora y ex secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía (CNE).
      
Blanlot recuerda que "en 2008, se publicó un decreto que permitió a las eléctricas compensar las reducciones de consumo de sus clientes, y con eso se lograron importantes cambios de hábito".

Coincide el gerente general de Valgesta Energía, Ramón Galaz. "Eso ayudaría a moderar el crecimiento de la demanda y a contener el alza de costos que vendrá en los próximos meses", dice Galaz.
 
La consultora María Isabel González agrega que es necesario iniciar lo antes posible una campaña de ahorro de energía para lograr un efecto positivo en 2011, "dado que toma tiempo generar un cambio de hábito de los clientes".
      
La industria prevé que no habrá riesgo de abastecimiento, pero sí riesgos altos de que se disparen con fuerza los costos de la energía."El sistema  cuenta con la capacidad térmica necesaria para cubrir la demanda, por lo que el fantasma del racionamiento está descartado", asegura Sebastián  Bernstein, socio de Synex y ex secretario ejecutivo de la CNE, y agrega: "Sí va a haber un problema de precios. Los costos marginales del sistema podrían llegar a US$ 180 por MWh y esa variable es un componente relevante para las tarifas", dice Bernstein.
 
Según el consultor, hoy una campaña de ahorro no es necesaria para asegurar el suministro, sino más bien, para reducir las presiones de los costos de la energía.
            
En el sector estiman que por el bajo nivel de los embalses, las centrales hidroeléctricas podrían abastecer cerca del 20% de la demanda en los meses críticos de 2011, "un aporte similar al que tuvieron a fines de los 90", dice Blanlot.

En ese caso, la holgura del sistema bajaría de 5.000 MW a 1.000 MW. Según gerentes del sector, una holgura de   1.000 MW permite al sistema eléctrico operar y soportar la falla de dos grandes centrales eléctricas.