Hoy, el Gobierno anunció que ya no habrá más cambios de horario. Desde ahora no se atrasará ni adelantará el reloj dependiendo la época del año, según dijo el ministro de energía, Máximo Pacheco.

Más allá del ahorro de energía que se pretende generar, esta decisión puede tener consecuencia en las rutinas de sueño. Así lo señalan los especialistas en esta materia.

"Fuera de las alteraciones que se producen los primeros días, las personas se adaptan con bastante facilidad a este cambio de horario. Sin embargo, mantener el horario de verano durante el invierno puede traer algunas dificultades, principalmente para los niños, debido a que despertar en plena oscuridad lleva a la somnolencia durante la mañana. Esta situación está dada por la falta de estimulación lumínica", dice Walter Avdaloff, neurólogo del Instituto del Sueño.

El doctor Avdaloff agrega que si bien en verano este horario trae beneficios desde el punto de vista social (tiempo recreativo después del trabajo), esto se pierde en invierno. Solo tiene perjuicios causados por la falta de sincronización a la luz. Además, en algunas personas se puede desencadenar una fase retardada del sueño, lo que significa acostarse tarde y levantarse tarde. 

Lo que este neurólogo, especialista en trastorno del sueño recomienda, es exponerse con más frecuencia a la luz solar durante el invierno para compensar la falta de luz que tendremos en la mañana.

Por otra parte, la neuróloga especialista en el sueño Dra. Evelyn Benavides, de la Clínica Vespucio, respecto a si puede influir en el ánimo el hecho de que amanezca más tarde dice "en algunas personas que tienen depresiones estacionales sí, porque se les acorta el día y tienen menos exposición a la luz, por lo tanto empeora el ánimo, pero es un grupo pequeño de personas. Para la mayoría de las personas es beneficioso, porque seguimos otros ritmos, los que ha seguido la humanidad toda la vida que son los cambios de luz según las estaciones del año".

Karina Gatica, docente de la Universidad del Pacífico se refiere de forma positiva a la eliminación de los cambios de hora dos veces al año. "Esto contribuye a mantener horarios de sueño, alimentación, entre otros, que en definitiva nos permiten una mayor sensación de bienestar en armonía con los ritmos y ciclos de la naturaleza. Todo lo anterior contribuye a la calidad de vida de las personas, sobre todo en lo referido a la percepción de bienestar psicosocial", dice.