En Chile casi un tercio de la población sufre de hipertensión arterial, enfermedad crónica que consiste en un incremento en la presión sanguínea en las arterias. y aumenta su prevalencia a medida que avanza la edad, alcanzando a estar presente en un 75 por ciento de los adultos mayores de nuestro país. Además, del total de personas que la poseen, el 65 por ciento está diagnosticado y sólo un 37 por ciento recibe tratamiento.
"La hipertensión arterial es una enfermedad crónica, es decir, para toda la vida. Cuando no se trata tiene grandes consecuencias en la calidad de vida de las personas, a partir del daño renal, cardiaco, e incluso problemas a nivel cerebral", señaló el director del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS) e integrante del equipo de investigación, Dr. Sergio Lavandero.
El tratamiento médico a esta enfermedad consiste en la ingesta diaria de medicamentos que inhiben la producción o acción de angiotensina II, molécula que "se fabrica a través de una vía muy compleja que parte con un péptido sintetizado en el hígado llamado angiotensinógeno y posteriormente metabolizado a angiotensina I. La angiotensina II se genera enzimáticamente a partir de angiotens+ina I e incrementa directa e indirectamente la presión arterial", como explicó uno de los investigadores ACCDiS y académico de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, Dr. Mario Chiong.
Basándose en esto, los expertos de ACCDiS se aproximaron a la angiotensina 1-9, que se encuentra presente en nuestro organismo. Según el profesor Chiong, "tiempo atrás describimos que la angiotensina I se podría convertir en otro péptido distinto a la angiotensina II, que es la angiotensina 1-9. Este péptido, por mucho tiempo se pensó que era inactivo, sin embargo descubrimos que tiene actividad biológica, y lo más interesante una acción completamente contraria a la angiotensina II".
El hallazgo responde a un trabajo de más de una década del equipo integrado por profesionales de la U. de Chile y de la U. Católica, encabezados además por los Dres. María Paz Ocaranza y Jorge Jalil, académicos de la División de Enfermedades Cardiovasculares del Hospital Clínico de esta última institución, y el Dr. Luis Michea de nuestra Facultad de Medicina, quienes se han aproximado a las enfermedades cardiovasculares y en particular a la hipertensión arterial y el daño asociado a esta enfermedad.
Con estas investigaciones se han generado dos patentes: "la primera respecto a que la angiotensina 1-9 como cardioprotector, y una segunda como un nuevo péptido antihipertensivo", detalló el Dr. Sergio Lavandero.
MAYORES VENTAJAS
El equipo de este proyecto ya realizó los estudios pre clínicos de la molécula, para pasar próximamente a pruebas clínicas, en miras a disponer farmacológicamente la angiotensina 1-9.
"Lo que sabemos es que los medicamentos que actualmente bajan la presión arterial funcionan muy bien pero aun cuando se normaliza la presión, los pacientes pueden experimentar algún tipo de daño a los órganos", explicó el Dr. Chiong, agregando que la ventaja comparativa de la angiotensina 1-9 "es que además de bajar la presión arterial, protegería del daño al corazón. Sería un doble efecto, por lo tanto sería una molécula farmacológicamente con mayores beneficios del tratamiento de la hipertensión arterial que los fármacos que actualmente en uso".
Como finalizó el Dr. Lavandero, el trabajar en avances vinculados al tratamiento de la hipertensión arterial es un tema relevante para nuestro país ya que hoy "nuestra expectativa de vida es superior a 80 años, entonces cada vez más estas enfermedades crónicas son más prevalentes".