Según un estudio de investigadores del área de fonoaudiología de la U. Bernardo O'Higgins, el 82% de los encuestados consideran su voz mucho más aguda de lo que creían al escuchar su propia voz en un reproductor de sonido. 

De acuerdo al autor del estudio, el docente y fonoaudiólogo, Francisco Sánchez, este fenómeno se produce "porque los tonos graves que estamos acostumbrados a escuchar en nuestra propia voz no se hacen efectivos en la grabación". Esta diferencia se produce según el experto porque la voz llega a nosotros por vía aérea hasta la cóclea (órgano de la audición en oído interno) donde realmente se captan los sonidos, pero también por vía interna a través de la vibración de los tejidos óseos de la cabeza que igualmente llega a ella. "Esta vía ósea favorece los sonidos más graves por lo tanto nos escuchamos más graves, por eso una vez que la ponemos en un reproductor la escuchamos más aguda, lo que indudablemente a la mayoría de las personas no les gusta, y se sorprenden de lo distinta que se oye".

La gente tiende de manera natural a aceptar de mejor manera las frecuencias más graves, lo que afectaría en mayor medida a las mujeres por la conformación estructural de la laringe, pero donde también influye otros factores en ambos sexos, como la edad, si son fumadores,  o si trabajan profesionalmente con la voz forzándola inadecuadamente, sin ocupar técnicas adecuadas de higiene bucal.

En este sentido cuidar la voz y no forzarla es una manera de disminuir el efecto de "voz de pito" que descubrimos al escucharnos.  Para disminuir este efecto lo fundamental es relajar los músculos laríngeos, ya que la tensión los afectan favoreciendo los tonos agudos al hablar. "El objetivo es usar el tono óptimo de voz con el menor esfuerzo y con el menor daño a nivel corporal, porque el estar forzando la voz diariamente va forzando la tensión en los músculos, y eso favorece la aparición de patologías y daños en las cuerdas" puntualiza Sánchez.

Las recomendaciones apuntan a aprender a respirar desde el diafragma para contar con el suficiente volumen de aire al hablar, evitar el café que irrita las cuerdas vocales por sus componentes y su alta temperatura, así como el cigarro, los espacios contaminados, y el reflujo gastrointestinal que "quema" las cuerdas vocales, especialmente al despertar. El alcohol al igual que el café, deshidrata las cuerdas, obligándonos a forzar nuestra voz.

ATENCION PROFESORES
Según investigaciones de esta casa de estudios, los problemas de disfonía o afonía de los profesores es la principal causa de licencia médica y ausentismo, debido a la inexistencia de técnica de manejo de voz y de higiene bucal en los currículos de las universidades. Por este motivo tienden a hablar muy fuerte, compitiendo con el ruido de los alumnos y otras fuentes, lo que genera un deterioro progresivo de la voz de lunes a viernes, a lo que se suma el alto consumo de cigarro y café en el profesorado.