Por años las vides han estado asociadas a un paisaje soleado y templado. Por eso, cuesta imaginarse un vino producido en Chile Chico, en la Región de Aysén.

Pero utilizando uvas de un huerto creado hace siete años, profesionales del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) lograron producir 7,5 litros de Pinot Noir y 10,9 litros de Sauvignon Blanc, dos cepas un poco más acostumbradas a las temperaturas bajas, convirtiéndose en los vinos más australes producidos en el país.

¿El objetivo? Evaluar la viabilidad de desarrollar vinos de calidad en la zona.

El huerto de 80 metros cuadrados está en el valle de Chile Chico, zona de microclima templado seco estival con baja precipitación, no superior a los 250 mm. En los últimos años, el lugar ha tenido una temperatura media anual de 10,5 °C, con una mínima absoluta de -7,21 °C y una máxima de 32,1 °C.

Diego Arribillaga, encargado del proyecto, dice que las plantas han tenido un adecuado desarrollo y buena carga frutal, lo que es una gran oportunidad de introducir un nuevo rubro frutícola en los valles microclimáticos de bajo riego de la provincia General Carrera, como Chile Chico, Bahía Jara, Puerto Ibáñez y Levican, entre otras.

Considerando que son viñas jóvenes y están en fase experimental, las vides de Pinot Noir obtuvieron una cosecha de 12 kg. Las Sauvignon Blanc, en cambio, alcanzaron un rendimiento de 10 racimos por planta y 24 kg en el ensayo.

Pero no son las únicas cepas en evaluación. Ambas son variedades originalmente adaptadas para climas fríos, con un ciclo corto de madurez, por lo que con las condiciones climáticas de la provincia de General Carrera podrían llegar a una adecuada madurez para la vinificación.

Marisol Reyes, encargada de producción de vides de Inia, y Diego Morales, enólogo, encargados del proceso de vinificación, explican que desde la temporada pasada plantaron ocho variedades en Chile Chico (cinco blancas y tres tintas). Además, están haciendo seguimiento a un jardín de variedades de viñas plantado hace algunos años en la zona de Bahía Jara, a orillas del Lago General Carrera, de la que han obtenido uvas de las variedades Petite Sirah (tinta) y Chenin blanc (blanca). Con ellas se hizo una base para espumantes.

Una de las ventajas de la zona del huerto es el viento, que contribuye a que las plantas no sean atacadas por hongos y por lo mismo, menos uso de fungicidas.

La tierra en la que crecen las uvas, otorgan al vino características especiales. En el caso del vino producido en Chile Chico, habrá que esperar hasta septiembre para conocerlo. Para evaluar el Pinot Noir habrá que esperar un poco más, a fin de año, cuando realicen una degustación

Si los resultados son positivos, el vino podría ser comercializado en mercados gourmet y al exterior a precios muy rentables.