El consumo moderado de vino tinto puede retardar las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. De acuerdo a los científicos, ahora han descubierto cómo los componentes del vino pueden proteger contra la muerte neuronal.
Si bien la ingesta de alcohol en grandes cantidades tiene efectos negativos para la salud, los expertos han comprobado que el vino, en una ingesta moderada, tiene varios beneficios pues retrasa los problemas cognitivos que surgen con el envejecimiento y las enfermedades degenerativas como el Parkinson y el Alzheimer.
El Dr. Esteban-Fernández del Institute of Food Science Research en Madrid y sus colegas investigaron los mecanismos moleculares tras la acción protectora del vino.
En vez de investigar el vino en sí, los expertos estudiaron los metabolitos, los componentes que quedaban luego de que el vino pasaba por el tracto digestivo.
Seleccionando algunos de ellos por su presencia en las heces y en la orina, los expertos los agregaron a células humanas bajo condiciones de estrés que normalmente las llevarían a una disfunción y a la muerte. Estas condiciones de estrés están relacionadas con las etapas iniciales de algunas enfermedades neurodegenerativas.
Al hacer esto, los científicos realizaron un gran descubrimiento: Estos componentes protegían a las células para que no murieran, pero además, eran activos en distintos puntos de la célula. Esto significa que la composición exacta de los metabolitos es importante para el efecto de protección que ofrecen a la célula.
Y su composición, depende de la flora microbiana intestinal.
"En otras palabras, las diferencias en nuestra flora microbiana intestinal llevan a diferentes metabolitos, lo cual respalda la teoría de que los humanos se benefician de la comida de distintas formas", señala el Dr. Esteban-Fernández. "Esta diferencia individual es un factor que no debe ser ignorado para entender los efectos a la salud de ciertas comidas. Ahora necesitamos entender los efectos de la dieta en la difusión de una función cerebral normal".