La necesidad de reformular aspectos específicos a las licitaciones de suministros de energía que está impulsando el gobierno plantean expertos ante la escasez de oferentes en el proceso.
Pese a que el Ministerio de Energía decidió postergar en dos meses - del 24 de septiembre al 20 de noviembre- el plazo para la presentación de propuestas para adjudicarse la licitación de los bloques de energía, que comprenden la demanda esperada entre 2013 y 2024, finalmente sólo Endesa -la mayor generadora del Sistema Interconectado Central- y Eléctrica Panguipulli (filial de Enel Green Power) presentaron ofertas administrativas, las que serán adjudicadas el 28 de noviembre.
Se marginaron de la licitación dos de los principales actores del sistema, Gener -controlada por la estadounidense AES Corp- y Colbún -ligada a la familia Matte.
El proceso no estuvo exento de dificultades. Las eléctricas hicieron ver al gobierno que, dados los problemas que enfrenta el sector para concretar inversiones -por la judicialización de los proyectos y la fuerte oposición que han tenido algunos de ellos en la ciudadanía, como los casos de Castilla, Punta Alcalde, HidroAysén y otros, además, la sequía que ya afecta por cuarto año al país- era difícil asegurar que se contaría con la energía necesaria para cubrir los contratos que se firmaran con las distribuidoras.
EXPERTOS
Vivianne Blanlot, ex secretara ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía (CNE) advierte que el problema es que las generadoras deben seguir el perfil de demanda de la distribuidora. "Eso significa que el productor sea capaz de dar energía en la hora de poca demanda y en la hora de altísima demanda, que se haga cargo de esas fluctuaciones", explica.
Blanlot, que participa en el comando de la candidata presidencial del pacto Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, agrega que "es posible tener un modelo en el cual se licita por bloques, incluso distintos bloques en un día, donde distintas tecnologías y/o distintos productores pueden aportar bloques y que sea en el fondo la distribuidora y el sistema CDEC-SIC (Centro de Despacho Económico de Carga del Sistema Interconectado Central) el que integre esta oferta y la acomode a la demanda".
En ese sentido, sostiene que el actual modelo financiero de licitaciones debiera ser más acorde a como se opera el sistema, lo que permitiría, por ejemplo, el ingreso de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC).
Otra de las razones por las que se cree que hay poco interés por parte de las generadoras de establecer contratos con las distribuidoras en las licitaciones es que pueden conseguir valores más altos vendiendo la energía a clientes libres, al costo marginal.
Hugh Rudnick, director de Systep señala que "el mayor desafío no está en cuales van a ser los costos marginales. El tema es qué hacemos con las licitaciones de las distribuidoras, cómo resolver el problema de la energía no contratada. Si vamos a seguir traspasándosela a los otros generadores al precio de nudo, determinado por la autoridad o vamos a buscar otra solución".
En esa línea, Blanlot afirma que "hay gran preocupación por el tema de los costos. Siempre hay fluctuaciones de los costos marginales, pero desde el punto de vista del consumidor final, lo que importa es cuál es el costo de desarrollo de las nuevas centrales, y lo que se está viendo es que en la medida que no se pueda hacer ni carbón, ni hidroelectricidad, los costos van a tener que ponerse necesariamente al nivel de lo único que queda que son las ERNC y el GNL".
Agrega que "en este momento estamos hablando de costos que están por arriba de uS$120 -US$130 por megawatts hora. Por eso es que tenemos que hacer esta discusión sobre la matriz energética, porque es la diferencia entre tener costos de US$120-US$130 MWH o tener costos US$60-US$80 MWH".
Ante esto, Rudnick asevera que tanto la candidata Michelle Bachelet como la candidata Evelyn Matthei, han enfatizado mucho en el gas natural. "En acuerdos de este tipo que sean más masivos, que permitan que la infraestructura que tenemos de gas natural pueda ser utilizada y ojalá accediendo a precios que sean bastantes menores que el diésel. Claramente el Estado puede funcionar ahí como un articulador que traiga gas natural en compromisos de 15 años y 20 años; y de algún modo se vea como las licitaciones pueden acogerse a algo de ese estilo", considera.
Marcelo Tokman, ex ministro de Energía, explica que el modelo actual de licitaciones estaba pensado para tener oferta y competencia. "La gracia era que iba a pasar tiempo suficiente para desarrollar proyectos, entre que se hace la licitación y en que empieza el suministro de energía, sin embargo, lo que está pasando es que esos tiempos se han acortado y el tiempo que toma hacer los proyectos se han alargado tanto que es muy difícil encontrar a alguien dispuesto a comprometer un suministro firme cuando no sabe cuanto tiempo puede tardar y si es que va a lograr que su proyecto se lleve a cabo", indica.
Por lo tanto sostiene que hay que buscar mecanismos para ver como el sistema de licitaciones se adapta a esta nueva realidad y agrega que es urgente abordar la situación de las distribuidoras que no tienen contratos, algo que en un principio se pensó que iba a ser sólo transitorio.
SECTORES
A juicio de René Muga, gerente general de Generadoras de Chile, "dado el crecimiento de la demanda previsto para las próximas décadas, las licitaciones de distribuidoras para clientes regulados debieran ser el instrumento central para generar espacios y oportunidades que permitan ampliar la oferta de generación a través de nuevos proyectos, tanto de empresas actualmente presentes como de nuevos entrantes al mercado".
No obstante, señala que las dificultades en la puesta en marcha de nuevos proyectos y el deterioro en el clima de inversiones, han perjudicado la magnitud y la velocidad de crecimiento de nueva oferta competitiva. Enfatiza que ello obliga a la autoridad y a las empresas distribuidoras a buscar fórmulas que permitan hacer posible que en este difícil contexto, las licitaciones sigan cumpliendo su objetivo.
En ese sentido, Rodrigo Castillo, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas, explica que "para el futuro, hemos venido discutiendo una serie de modificaciones más profundas y de largo plazo en el sistema de licitaciones que pasaN por dos grandes ejes".
En primer lugar, Castillo apunta a separar las licitaciones en distintos productos, un bloque de oferta más a largo plazo, por ejemplo, a 15 años con inicio de suministro más tardío, de cinco a seis años, para dar espacio a que se integre mayor competencia, y un bloque de oferta de corto plazo con contratos de tiempo más acotados e inicio de suministro más breve, que permita generar un ajuste respecto de los primeros bloques más grandes.
Castillo plantea como segundo eje idear una especie de salvaguarda con el fin de garantizar que la energía que se ofrece en las licitaciones sea realmente firme y evitar que se repitan casos como el de la quebrada Central termoeléctrica Campanario, empresa que hizo una oferta y que finalmente no la pudo cumplir. Precisa que se podría hacer un tipo de auditoría con el fin de ver con qué energía cuenta o espera contar quien hace una oferta.