Un panorama poco auspicioso para 2013 se proyecta en materia de exportaciones, dado que el valor de las ventas al exterior prácticamente se mantendría en los US$77.000 millones registrados el año pasado. Por otro carril correrían las importaciones, que se empinarían sobre US$78.000 millones, con un crecimiento de 4% respecto de 2012, cuando ya se observó un monto histórico en las compras al exterior.

Este comportamiento, previsto en las proyecciones entregadas por el Banco Central en el IPoM de diciembre, ha prendido la inquietud entre expertos en comercio internacional, que prevén perspectivas desfavorables en lo inmediato y más negativas para el mediano plazo.

TIPO DE CAMBIO

Hernán Frigolett, del Grupo Nueva Economía, estimó  que "en general, y aunque el Banco Central no lo quiera admitir, la rentabilidad de las exportaciones ha estado muy complicada por el tipo de cambio y es muy difícil contrarrestar la tendencia de mediano plazo con productividad y menos aún si ha habido menos inversiones en los sectores exportadores más tradicionales que no son mineros". Por el contrario, agregó, los capitales chilenos están buscando nuevos horizontes como California, en Estados Unidos, Argentina, Perú o Colombia.

Erik Haindl, académico de la Universidad Gabriela Mistral, sostuvo que claramente la situación internacional adversa se ha combinado con un "tipo de cambio real que viene cayendo sistemáticamente". Agregó que si se extrapola la actual situación del sector exportador, "la dinámica que tiene es muy peligrosa, porque se está llegando a niveles de precios en varios sectores exportadores que hacen temer por su supervivencia. Es un factor que, más que el corto plazo, incide en el futuro".

Según Frigolett, hay un estancamiento de las exportaciones que se ha convertido  en un problema estructural. "Con poca inversión, con señales de competitividad deterioradas, la electricidad al alza, con remuneraciones subiendo y un dólar que siempre está con tendencia a la baja es difícil contrarrestar la situación con algún tipo de productividad; no hay magia aquí (...). Tiene que haber un perfil de inversión, pero si no hay rentabilidades que se vean relativamente estables en el futuro, la inversión en general seguirá yéndose fuera del país", comentó.

MEZCLA DE POLITICAS

La solución pasa, para Haindl, por un tipo de cambio real más alto, para lo cual "ojalá se recurriera a una mezcla de políticas". A su juicio, una política fiscal más contractiva y una política monetaria más expansiva que "bote" la tasa de interés, para frenar el flujo de capitales, debieran combinarse con una intervención cambiaria, "para que el dólar subiera en forma importante".

Sin embargo, no estima que todo pueda ser resuelto con las anteriores iniciativas. Para el mediano plazo, Haindl opinó que "tenemos una bomba de tiempo", pues el resultado comercial, considerando las proyecciones del Banco Central, se está traduciendo en un déficit en cuenta corriente por un poco más de US$10.000 millones, que corresponde a 4 puntos del PIB. "Si seguimos proyectando un bajo performance exportador, la crisis en Europa continúa, el crecimiento el quantum físico de las exportaciones es del orden del 3% y seguimos teniendo una caída en los valores nominales exportados en dólares, pasaremos a un déficit comercial y a un déficit en cuenta corriente del orden de US$15.000 millones, una situación muy peligrosa", señaló.