Ante los hechos de violencia intrafamiliar y los femicidios se hace importante conocer los métodos que existen para evitar estos episodios. El año 2011 se creó en el Sernam un programa destinado a tratar a hombres que ejercen violencia hacia sus parejas. De esta forma, los atendidos han ido aumentando con el paso del tiempo, lo que ha provocado en algunos centros listas de espera.
En su primer año el programa "Hombres por una vida sin violencia" comenzó con seis centros, lo que en la actualidad se transformaron en once a nivel nacional.
De acuerdo a la jefa nacional del programa, Bernardita Prado, el 50% de los hombres que ingresan a los programas lo hacen de forma voluntaria, mientras que la otra mitad, por la concurrencia de sus parejas al Sernam o destinación de Tribunales, etc.
"Estas cifras de ingreso son muy positivas, teniendo en cuenta además que muchos lo hacen de manera voluntaria", dijo Prado.
La encargada dijo a La Tercera que incluso se provocan listas de espera, "por eso, por ejemplo, tuvimos que sumar más profesionales en algunos centros".
La atención está destinada a hombres mayores de edad, y desde el 2011 los centros para HEVPA (hombres que ejercen violencia de pareja) han atendido cerca de 2.000 personas.
De acuerdo al nivel de éxito de la rehabilitación, Bernardita Prado, aseguró que entre un 60% a 90% de los hombres que pasan por el programa mejoran su condición de violencia.
Consultada la profesional por el origen de la violencia en estos hombres, asegura que responde a una infancia con maltrato; el consumo de alcohol y drogas; las conductas antisociales; problemas de socialización durante la niñez; y valores machistas.
¿COMO FUNCIONA EL PROGRAMA?
Cada centro tiene una cobertura de alrededor de 65 hombres, llegando nacionalmente a atender alrededor de 1.050 usuarios por año.
Sin embargo, los hombres condenados por delitos relacionados con violencia intrafamiliar no pueden ingresar a este programa, ya que para esos casos, existe un centro en Gendarmería.
En primer lugar, el centro realiza al hombre una evaluación individual de cuatro sesiones. Con este primer acercamiento, se evalúa la situación de violencia y los riesgos. De esta forma, si el paciente es aceptado, hay cuatro sesiones individuales para establecer las reglas del trabajo y metas de cambio personal del sujeto.
Así, luego accede un grupo de primer nivel de 12 sesiones, cuyo objetivo es detener las formas de violencia física, las amenazas e intimidaciones. De ahí corresponde un segundo nivel grupal de alrededor de 18 sesiones, donde principalmente se interviene con las formas de violencia psicológica y los micromachismos.
Posterior al egreso se realiza un período de nueve meses de seguimiento para evaluar la permanencia de los cambios y gestionar otras intervenciones en casos de reincidencia de hechos violentos.