El desarrollo intelectual y emocional de los niños pequeños puede verse perjudicado por la presencia de plomo en la sangre aún en niveles por debajo del umbral aceptado como "seguro", informaron expertos el jueves.
Científicos de la University of Bristol, en Gran Bretaña, observaron muestras de sangre de alrededor de 500 chicos y hallaron una relación clara entre los niveles de plomo en sangre en la infancia temprana y el desempeño académico y la conducta a los 7 y 8 años.
Cuanto mayor era la cantidad de plomo en la sangre a los 30 meses de edad, menores eran los logros a nivel de lectura, escritura y deletreo en los niños según el Standard Assessment Tests (SATS), un examen reconocido para este grupo etario en Gran Bretaña.
La mala conducta y la hiperactividad también fueron comunes en los niños que tenían niveles más elevados de plomo en la primera infancia.
EXPOSICIÓN AMBIENTAL
"El plomo es una toxina que ha estado en el ambiente durante los últimos 5.000 años y sigue siendo una amenaza global para la salud", escribió el equipo en la revista Archives of Disease in Childhood.
"La exposición al plomo interactuaría con otros factores ambientales asociados con la desventaja educativa para tener un impacto acumulativo a largo plazo", añadieron los autores.
El actual umbral de seguridad por encima del cual los niveles sanguíneos son considerados preocupantes es 10 microgramos de plomo por decilitro de sangre, un nivel recomendado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) en 1991.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la mitad de los niños de menos de 5 años que viven en ciudades alrededor del mundo tienen niveles de plomo en sangre por encima de los 10 microgramos por decilitro.