Fue la muestra más bullada de la época. En mayo de 1950 se inauguró en el Museo de Bellas Artes, De Manet a nuestros días, la primera exposición que trajo piezas impresionistas. El impacto fue mayúsculo, confirmándose lo que ya se sabía: la pintura chilena debía dejar atrás la figuración y subirse al carro de las vanguardias. Así, pintores como Eduardo Martínez Bonati, Ana Cortés o Rodolfo Opazo cambiaron la dirección de sus obras y, de paso, la historia de la pintura local. Transformaciones pictóricas como ésta recoge la muestra 90 años de pintura en Chile, que abre el 21 de agosto en el Museo de Arte Contemporáneo.
La exposición, curada por la historiadora del arte Caroll Yasky y el director del Mac Francisco Brugnoli, es un recorrido desde la pintura de 1920, con Juan Francisco González, siguiendo con la Generación del 28 (Camilo Mori e Isaías Cabezón), el grupo Montparnasse (José Perotti, Julio Ortiz de Zárate) y, por supuesto, Roberto Matta. "También es importante el aporte de algunos artistas como docentes y pulsores de la renovación de la pintura local", precisa Yasky en relación a Pablo Burchard o Carlos Isammit, profesores y directores de la Escuela de Bellas Artes.
APOSTAR POR EL ARTE
Si De Manet a nuestros días marcó un hito, la muestra De Cezanne a Miró, de 1968, se convirtió en fenómeno de masas. Instalada en el edificio que el MAC tenía en Quinta Normal, la muestra trajo las obras del MoMa de Nueva York (figuras de Van Gogh, Manet y Picasso) y convocó a 210 mil personas, récord que sólo batió en 2005 la muestra de Rodin en el Bellas Artes. El éxito de la muestra reflejó el buen momento de la escena local: con Mario Carreño y la abstracción geométrica del grupo Rectángulo, que luego derivó en el Movimiento Forma y Espacio (1965), impulsado por Ramón Vergara Grez, y de donde nació la propuesta cinética de Matilde Pérez.
"Durante los 50 y 60 existió un vínculo muy importante entre la empresa privada y el arte joven, que no se ha vuelto a dar", dice Yasky, acerca de las obras de Eduardo Martínez Bonati y Guillermo Núñez, ganadoras en los concursos de arte de la Compañía de Acero del Pacífico, en los 60.
En los 70 el MAC adquirió pocas piezas: sólo Gracia Barrios y Alberto Pérez aparecen en la muestra con sus pinturas de corte social y político.
La muestra se completa con el neoexpresionismo ochentero de Bororo y Samy Benmayor, la obra corrosiva de Juan Domingo Dávila, y las manos jóvenes de artistas como Ximena Mandiola, Francisca Aninat y Jorge Opazo. "Evitamos montar una exposición cronológica, más bien agrupamos en períodos a los artistas. La idea es que la misma gente haga su propio juicio sobre la evolución que ha tenido la pintura en estos 90 años", concluye Yasky.